Nicolás Redondo Terreros, exsecretario general del Partido Socialista de Euskadi, ha sido expulsado del PSOE por “su reiterado menosprecio a las siglas en las que milita”. Pero, el mismo día en el que ha trascendido la expulsión, ya que la decisión de la cúpula del PSOE se tomó el pasado lunes, Redondo ha sido visto comiendo con el expresidente del Gobierno José María Aznar y con el que fuera secretario general del PSOE madrileño, Joaquín Leguina, -que también fue expedientado anteriormente por el PSOE a la vez que Nicolás Redondo-.

La deriva que han tomado estos dos dirigentes socialistas hacia la derecha no es algo que sorprenda, y de ahí que tampoco sea sorpresa su cita con José María Aznar en el restaurante madrileño Alabaster, tal como ha difundido  laSexta. Con sus declaraciones han dejado claro que sus opiniones van en concordancia.

Ferráz tomó la decisión de la expulsión alegando que el ya exsocialistas “menosprecia reiteradamente” las siglas del partido que supuestamente representaba. Sonadas han sido sus críticas constantes contra Pedro Sánchez y otros rostros de la formación socialista, además que apoyó abiertamente a Isabel Díaz Ayuso, presidenta popular de la Comunidad de Madrid, en la campaña electoral de las elecciones autonómicas de 2021. Fue en este entonces cuando el PSOE le abrió un expediente disciplinario, junto con Joaquín Leguina, al considerar que pedían el voto para el Partido Popular en lugar de para los socialistas en dichas elecciones.

Las críticas contra el PSOE y su actual secretario general, Pedro Sánchez, tanto de Leguina como de Redondo, han sido una constante en los últimos tiempos. Tal como ha señalado la secretaría de Organización de la Comisión Ejecutiva Federal socialista para fundamentar la expulsión, Redondo ha hecho diversas manifestaciones públicas a través de la plataforma La España que Reúne en las que tiene cabida la deslealtad e irresponsabilidad respecto a otros afiliados, órganos de la dirección del PSOE y sus miembros, además de ser contrarias a los principios que rigen la organización.

Entre las expresiones que muestran este desprecio hacia la formación y sus dirigentes, destacan las siguientes: No representa la izquierda que España necesita", "El acuerdo de todos los partidos anticonstitucionales ha funcionado en la Mesa del Congreso y funcionará para la nueva investidura", "Se situará en la lista de los episodios más bochornosos de nuestra historia moderna", "La España retrasada, de pandereta, al que el resto de los europeos vieron durante tiempo como una anomalía".

La deriva que han tomado estos dos dirigentes socialistas hacia la derecha no es algo que sorprenda, y de ahí que tampoco sea sorpresa su cita con José María Aznar en el restaurante madrileño Alabaster. Con sus declaraciones han dejado claro que sus opiniones van en concordancia.

Aznar, protagonista en el PP

Por su parte, José María Aznar ha cogido la voz cantante y ha superado al líder de la formación, Alberto Núñez Feijóo, para marcar agenda y dar pie a los próximos pasos del PP. Es así como tras sus polémicas palabras llamando a la movilización ciudadanía contra la amnistía la dirección nacional del PP anunciaba una “gran” manifestación para el fin de semana del 23 de septiembre, en las vísperas de la más que previsible fallida investidura del popular.

Lejos de retractarse, el expresidente del Gobierno ha reiterado este jueves su convicción en las palabras que pronunció esta semana, cuando llamó a una "contienda" nacional y "democrática" contra el Gobierno y la amnistía. En ese sentido ha respondido al Ejecutivo Central desde la Cadena COPE después de que éste acusara la actitud "golpista" del antiguo líder del mismo.

"Son las reacciones autocráticas, propias de una autocracia, que considera que todo aquel que no está de acuerdo con el que está en el Gobierno es antiespañol, fascista o golpista", ha señalado. En la misma línea, se ha preguntado "qué talla moral y ética" tienen los miembros que le han acusado de incitar al golpismo "sabiendo" que sus palabras no tenían esa intención: "No voy a perder el tiempo y no voy a contribuir ni un minuto a que se desvíe la atención, que es su pretensión".