La coalición PP+Cs, marca registrada por sendos partidos para su candidatura de coalición en el País Vasco, servirá como experimento conjunto. La unión de sendos grupos ha traído problemas internos para las dos formaciones, provocando la destitución de Alfonso Alonso en el bando popular y la reacción de los críticos en Ciudadanos, que, desde el principio, exigieron que una hoja de ruta de tamaña magnitud fuera refrendada por los afiliados y no impuesta por el oficialismo de Arrimadas y la Gestora que dirige el partido hasta que tenga ligar la V Asamblea General del partido el próximo 15 de marzo.

Es el sueño de Pablo Casado. El líder del Partido Popular ya hizo campaña en favor de la desfragmentación del centro derecha en la campaña de las elecciones generales del 10 de noviembre. Unir a los partidos que luchan por un mismo target de electores es indispensable para que la ley electoral juegue en favor de los intereses de Génova. Lo saben y no han dudado en hacer todo lo necesario para que el País Vasco sirva como antesala de un proyecto más amplio.

En este sentido, este mismo martes Casado ha reconocido que esta alianza es un “paso fundamental” para que populares y naranjas “vayan juntos” en las próximas elecciones generales, y de esta manera aúnen fuerzas para poder echar a Pedro Sánchez de la Moncloa.

El siguiente paso es Cataluña. Quim Torra anunció su intención de anunciar las elecciones regionales, sin concretar ninguna fecha concreta a la espera de que se aprueben los presupuestos autonómicos. Sin embargo, la experiencia compartida peligra debido al ‘no’ rotundo de Alberto Núñez Feijóo. La propia Arrimadas exigió a sus homólogos el mismo respeto en Galicia que luego quisieran para sí de cara a los comicios catalanes.

Al borde del knock-out, Ciudadanos está obligado a repensar su estrategia y buscar a la desesperada resultados que mantengan su marca. El batacazo de Albert Rivera dejó al partido herido, y las elecciones catalanas pueden dar la puntilla a la formación. Por ello, los naranjas no quieren dejar nada a la improvisación, dejando su unión con el PP para las elecciones de Cataluña en stand by a la espera de ver cómo funciona la dilución recíproca el próximo 5 de abril.

ElPlural.com se ha puesto en contacto con el Partido Popular para conocer el estado de las negociaciones en Cataluña, y fuentes populares han confirmado que la cosa está parada, aunque especifican que esto no se debe a que se hayan supeditado a lo que pase en Euskadi, sino porque todavía no hay elecciones convocadas en Cataluña. Una vez que estos comicios se convoquen oficialmente, empezarán a tantear a los naranjas e intentarán llegar a un acuerdo. Por su parte, Ciudadanos ha declinado hacer declaraciones.

Por otra parte, el objetivo que se habrían fijado PP y Cs sería el de los siete escaños -la mayoría absoluta necesaria para gobernar en el País Vasco se encuentra en los 38-. Un resultado negativo, teniendo en cuenta que la candidatura de Alonso en 2016 obtuvo nueve parlamentarios (cinco por Álava, dos por Guipúzcoa y dos por Vizcaya). Sin embargo, sería más de lo que ha otorgado la demoscopia a sendos partidos por separado.

No obstante, de puertas para fuera el mensaje de Génova es bien distinto. Preguntados por este medio sobre este objetivo, se remiten a las palabras de Carlos Iturgaiz, el candidato designado por Génova para encabezar la coalición PP+Cs a las elecciones vascas, que ha afirmado que la meta es la de “ir a ganar”.

Génova se moviliza para evitar el transfuguismo de Ciudadanos

Asimismo, en colación con esta información, distintas organizaciones del Partido Popular a nivel nacional amanecían este lunes con una circular interna enviada desde la cúpula de Génova en la que se les señalaba que no aceptaran a tránsfugas de Ciudadanos que acudan a estas formaciones descontentos por el rumbo que ha cogido el partido que previsiblemente liderará Inés Arrimadas tras las primarias de la formación. ¿El motivo? Según ha podido saber ElPlural.com, evitar que el costoso acuerdo alcanzado entre azules y naranjas para concurrir juntos a las elecciones del País Vasco se vayan al traste.