El proceso de refundación de Ciudadanos llega a su fin a través de su VI Asamblea General, celebrada este fin de semana. A partir de este acto, la formación pretende cerrar las heridas abiertas en el proceso de elegir una nueva dirección y cruzar los dedos para que a ojos de la opinión pública el partido no salga muy tocado tras las convulsiones internas de las últimas semanas. Ahora, los naranjas se disponen a la reparación del partido llamado a ser el centro político y que se encuentra en riesgo de desaparecer de la escena política española tras las elecciones de 2023. Así fue cómo, a raíz del último batacazo cosechado en las elecciones de Andalucía de junio de 2022, los planes de reformular Ciudadanos se aceleraron.

Una tensión que dinamitó la unidad

El pasar de estar en el gobierno de coalición con el PP a desaparecer del Parlamento Andaluz, fue el punto de inflexión para que la dirección, liderada entonces por Inés Arrimadas, encargase la refundación del partido a ocho personas, ellas Patricia Guasp y Adrián Vázquez, las nuevas cabezas de la Ejecutiva, tras las primarias celebradas el pasado jueves. Este selecto grupo de refundación (del que también formaban parte el diputado Guillermo Díaz; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; y la portavoz económica del Congreso, María Muñoz, entre otros), siguiendo la popularidad de los actuales procesos políticos de “escucha activa”, se dispuso a recoger las inquietudes de los afiliados para dibujar la nueva una hoja de ruta a recorrer a partir de enero.

Se planteó un modelo de dirección bicéfalo bajo el cual las partes orgánica y política quedan separadas, una propuesta que encendió todas las alarmas del que que fuera el vicesecretario general, Edmundo Bal. Ese fue el punto de partida, junto a la incomodidad expuesta de Arrimadas por el voto a favor de la ley del ‘solo sí es sí’ que impulsó Bal, para que el portavoz adjunto en el Congreso empezara una campaña enarbolada bajo el lema de que la refundación del partido implicaba necesariamente que la hasta entonces lideresa de la formación naranja se hiciera a un lado y abandonara todos sus cargos.

Ese fue el momento en el que Bal decidió subirse al ring y presentar su candidatura como nuevo portavoz político del partido. Arrimadas se vio obligada a acceder también al cuadrilátero de esta batalla política; primero, con la opción de una candidatura de unidad debajo del brazo, una vez fracasada esta vía, con la propuesta de la lista que finalmente ha resultado vencedora, la de Patricia Guasp y Adrián Vázquez. Una vez conocido el resultado de las primarias, Guasp quiso retomar la reivindicación de unidad y Bal sí se mostró entonces más dispuesto a hablar de “integración”. No obstante, fuentes de la nueva dirección señalan que ahora Bal tiene que entender cuál es su posición dentro del partido, dado el fracaso de su candidatura alternativa.

La reanimación de un partido “quemado”

La lista ganadora inició su carrera bajo la premisa de mantener a Arrimadas como portavoz en el Congreso, ya que los integrantes la consideraban un claro “referente”. Una perspectiva que no comparte Bal, pues, según él, dada la proyección mediática proporciona el Congreso, si los focos y cámaras se posan sobre Arrimadas se opacará la refundación del partido y parecerá “que nada ha cambiado”. En cuanto a su propio futuro, el hasta ahora portavoz adjunto, ha señalado que su papel “lo tiene que definir el partido”, dejando a la nueva Ejecutiva que decida “dónde puedo ser más útil, yo y cada uno de los que estamos en esta candidatura”. De momento, Guasp no ha dado detalles sobre el futuro de Bal en el grupo parlamentario, más allá de que espera que éste “respete las decisiones que se tomen” y la “victoria inapelable” de la lista que ella encabezaba.

Por su parte, Arrimadas, la ya exlíder de Ciudadanos, se ha despedido este sábado en el evento que, irónicamente, lleva el nombre de Radicalmente libres, como presidenta de la formación naranja. En su discurso ha asumido que ha podido cometer errores en sus casi tres años al frente del partido, pero también ha asegurado que “jamás” se le ha pasado por la cabeza sentirse más importante que su formación. “Este partido es tan importante para España que es mucho más importante que nosotros”, ha apostillado en su intervención en la Asamblea Extraordinaria, evitando alusiones directas, pero no indirectas.

Tras la celebración del evento del fin de semana, se ratificará a la nueva Ejecutiva, los nuevos estatutos, la ponencia de valores, cuestiones programáticas y la hoja de ruta que guiará al “nuevo Ciudadanos”, así como los cambios de imagen aconsejados en el proceso de refundación. El objetivo estratégico vital que tienen por delante los naranjas se reduce al intento de revitalizar una marca que sus antiguos dirigentes reconocen como “quemada”. Así las cosas, este 2023 se prevé como la prueba de fuego para la nueva versión de Ciudadanos, ya que o bien se consigue su reanimación o solo queda como opción su caída definitiva.