Irene Montero ha salido del Gobierno con la misma fuerza con la que entró. La hasta ahora ministra de Igualdad, que ha cedido su cartera a la socialista Ana Redondo García, ha dejado ver sus intenciones nada más llegar. Nadie conocía su discurso, que a buen seguro ha incomodado al presidente del Gobierno, pero su camiseta ha llamado la atención de las redes sociales y los presentes nada más ha aparecido en pantalla la dirigente de Podemos excluida del Gobierno por decisión del tándem Sánchez-Díaz.

“Confía, coño”, se podía leer en la prenda de una tienda de distribución en Canarias que ha colapsado a los minutos de la comparecencia de Montero. Una clara intención de intenciones de una ministra que ha reivindicado el feminismo “como fuerza transversal” y necesaria de España.

“Ahora ya no se puede borrar la conversación sobre educación sexual o sobre decidir sobre tu propio embarazo. Hay que darle la forma a un reparto neoliberal de los cuidados. Todas las mujeres, también las racializadas, debemos tener tiempo para vivir. El feminismo es lo mejor que tiene este país”, ha explicado Montero.

Poco después de ese acote de su comparecencia, la otrora titular del departamento de Igualdad ha lanzado un claro dardo al presidente del Gobierno y a la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar: “Ministra, te desearía suerte, pero eso no es lo más importante. Te deseo que nunca te dejen sola y que tengas valentía para incomodar a los amigos de 40-50 años del presidente del Gobierno”.

También ha criticado a la derecha judicial, insistiendo así en las bondades de la ley del solo sí es sí y responsabilizando a la Justicia de los efectos indeseados de la norma que provocó la reducción en cadena de condenas a violadores. “La ofensiva reaccionaria está aquí, está organizada y ejerce desde poderes ocultos del Estado. No nos dejemos solas. Conjurémonos contra el machismo judicial, la ofensiva machista de los poderes reaccionarios… se lo debemos a nuestras hijas y a nosotras mismas”.

Manifiesto de la empresa

Confía, coño. es una afirmación rotunda, profunda y alentadora. Es tu voz interior abriéndose paso entre las dudas impuestas, las adquiridas, las generadas y las degeneradas. Es la conquista de la confianza ciega en ti que mereces, que nace de una parte mágica y humana.

La acompaña el coño, un lugar místico, anatómico y creador. Una palabra transformadora, una mecha que enciende las intenciones tibias y las vuelve puro fuego.

Confía, coño. es un mensaje para las personas que creemos en la reconstrucción del yo y del mundo. Es una voz para un universo plural, donde nadie merece vivir a la sombra de una idea, donde sabemos que lo incómodo es sólo una invitación a la reflexión y a una nueva forma de ver, de ser, de confiar.