Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, después de arremeter contra Yolanda Díaz por reunirse con Carles Puigdemont y exigirle a Pedro Sánchez su inminente cese por ello, ha agitado a sus propias filas después de mostrarse amigable con el que hace escasas semanas calificaba como prófugo, condenado y chantajista. Este jueves, Feijóo ha reconocido que “respeta” a Puigdemont y ha advertido “contactos indirectos” con él.

“Le conozco, sí. Hemos coincidido durante un tiempo, él como presidente de la Generalitat y yo de presidente de Galicia. Yo respeto a todos los ciudadanos de mi país y creo que el señor Puigdemont tiene claro lo que opina”, remarcó el pasado miércoles en una conferencia en el Hotel Palace de Barcelona, una postura que este jueves ha vuelto a mostrar. Además, el líder del PP añadió: “En mi opinión, hay otros políticos que mienten mucho y sobre el señor Puigdemont todo el mundo sabe lo que pide. A mí desde luego en los contactos no personales ni directos, pero sí indirectos, no nos ha mentido”.

En el mismo sentido, Feijoó ha insistido en su postura este jueves, remarcando que la eventual ley de amnistía “no es una reconciliación, sino una transacción política”, refiriéndose a que el líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, es más “transparente” y “sincero” que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y retando al expresident a dejar caer al socialista.

“He dicho que el señor Puigdemont y el independentismo son más claros, más transparentes y más sinceros que el señor Sánchez, y lo reitero. Siempre han dicho lo mismo”, ha afirmado, subrayando que sus palabras no deberían “molestar a nadie”.

Pero tras el acercamiento a Junts del líder de la formación se ha generado un gran revuelo tanto en el seno del partido como en la derecha mediática. Mientras la lideresa madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha aparecido con un tono demasiado tranquilo para su característico modo de actuar, desde el PP catalán se han mostrado un tanto cortantes.

Ayuso apoya a Feijóo mientras el PP catalán de desmarca

Isabel Díaz Ayuso, en contra de la línea que ella iba marcando por libre, se ha mostrado este jueves muy apacible y en sintonía con el líder de su partido, que en numerosas ocasiones le ha hecho sombra. Así, en la inauguración de un foro informativo, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha asegurado que no sabe “dónde está el problema” de que Feijóo “le tenga respeto personal” al expresidente catalán Carles Puigdemont, siempre y cuando “marque las diferencias políticas que tiene con él”.

“Feijóo lo que dice es que respeta el trato que han tenido personal mientras fueron presidentes autonómicos los dos al mismo tiempo”, ha subrayado Ayuso, añadiendo que “cosa distinta es lo que esté pasando después políticamente”.

De una forma muy diferente se ha tomado el acercamiento a Junts en el Partido Popular catalán, donde las tiranteces entre su líder, Alejandro Fernández, y el propio Feijóo ya son una constante. Fernández se mostrado tajante rechazando la posibilidad de abrir un diálogo con Junts, manifestando su discrepancia por esa posición amable de su jefe hacia el expresident catalán.

Además, Fernández no se cortaba un pelo al valorar la situación públicamente en las redes sociales. El día de ayer publicó un tuit con un pantallazo a la noticia que informaba sobre las palabras de Feijóo: “Supongo que algo hay de cierto en aquello de que la cara es el espejo del alma...”. Con esta frase ironizaba sobre la imagen, en la que él mismo aparece con un gesto contenido junto al político gallego y el expresident socialista José Montilla.

El cambio radical de Feijóo

Pero este acercamiento de Feijóo hacia Junts y Puigdemont es nuevo, ya que hasta hace un mes la postura era muy distinta. A principios del mes de septiembre, el líder del PP exigió a Sánchez el cese de Yolanda Díaz tras haberse reunido con el “prófugo de la justicia” de Puigdemont en Bruselas.

“Si Sánchez no cesa a la señora Díaz el señor Sánchez es cómplice necesario de este bochorno”, reprochó, asegurando que era “inaudito”, una “anomalía democrática” y una “desautorización clara” y “descrédito” a la justicia que una vicepresidenta del Gobierno vieje a Bruselas para “intentar negociar la Constitución” con una persona “condenada y buscada” por la justicia española.

Con este cambio de postura, Feijóo vuelve a dar un ‘caramelo’ a Pedro Sánchez en el camino hacia su investidura, que con todo pronóstico prosperará, a diferencia con la fallida del popular. Sánchez necesita el apoyo de nacionalistas vascos e independentistas catalanes para lograr la mayoría absoluta y desde el minuto uno tras las elecciones ha mostrado su disposición a dialogar con todos los grupos políticos del arco parlamentario, excepto con la ultraderecha de Vox.