La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, no gana para disgustos, aunque su nombre aparezca en los papeles de Bárcenas junto a la cantidad de 30.000 euros. En la capital de una de las provincias con más paro de toda España, tiene que aguantar día sí y día también las quejas y críticas de sus vecinos, a los que suele tratar con desprecio, durante los plenos municipales o cuando asoma a la calle.

Esta semana hemos podido ver varias de estas situaciones. La última, el vídeo que se ha hecho público en el que un vecino interrumpe en la calle, el pasado día 23, el minuto de silencio del Ayuntamiento por el fallecimiento de Adolfo Suárez.



"No tenéis vergüenza ninguna"
En dicha grabación puede observarse a un ciudadano que aprovecha el silencio de Teófila Martínez y sus concejales para decirles a la cara lo que en los plenos no permite, bien con el uso de la policía municipal, o bien ignorando directamente a los vecinos que protestan. Este vecino, entre los aplausos de quienes estaban en la plaza del Ayuntamiento, les dedica frases como "sois unos embusteros patológicos", "no tenéis vergüenza ninguna" o "tenéis al pueblo hundido".

Protestas en el pleno
Este mismo lunes, el pleno municipal vivió momentos de tensión después de que dos jóvenes acudieran para pedir un alquiler social. Como Milagros Arzúa, una joven de 27 años que tiene tres hijos de 8, 5 y 2 años con los que vive de okupa sin apenas salir de clase y que "van al colegio con miedo".



Una pensión sin baño ni agua caliente
Más duros fueron los momentos protagonizados por otra joven madre, Aysha Elmortada, que vive junto a su hijo enfermo en una pensión  "sin agua caliente ni baño propio" pagada por el Consistorio, después de que "me dijeron que no saliera en prensa que iba ser peor y desde entonces no sé nada". Aysha, entre sollozos, le pidió a la alcaldesa que le "mirara a la cara", mientras sollozaba y forcejeaba con los agentes municipales que intentaban echarla del pleno.

El estilo Michinina
Un modo de protesta que hizo famoso Inmaculada Michinina, una joven vendedora que exigía en los plenos una licencia municipal para poder montar un puesto y dar de comer a sus hijos. Después de varios meses preparando su petición, el pleno le dio un "no" rotundo, tras lo que estalló, encarándose con la alcaldesa y sus concejales. Su arrebato se convirtió en viral, cosechó más 100.000 firmas en Change.org y acabó entrevistada y fotografiada en la portada de Interviú.