El ministro de Justicia, Félix Bolaños, y el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín, se reunirán finalmente este jueves 21 de diciembre, en una cita que estaba inicialmente prevista para la semana pasada y que fue reagendada para este martes, antes de ser reestablecida para esta tercera y definitiva fecha por "motivos de agenda" del ministro. En concreto, será a las 17:30 horas, y ambas figuras centrarán su encuentro en asuntos como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la situación alrededor de la ley de amnistía y tratarán de tender puentes para un reencuentro pacífico entre el poder político y el judicial, tras las últimas tensiones vividas entre ambos.

Por su parte, fuentes del Ministerio argumentaron que "era imposible por cuestiones de agenda", que el titular de Justicia y Presidencia se reuniese con Marín en la segunda fecha agendada. En cuanto a la primera de ellas, el pasado miércoles 13 de diciembre, Francisco Marín canceló la reunión con Bolaños, lamentando en un comunicado que la dirigente de Junts, Miriam Nogueras, lanzase un "ataque sin precedentes" contra varios jueces desde la tribuna del Congreso el día anterior a la citación. "El ataque personal en el Parlamento al anterior presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, a un presidente de Sala, Manuel Marchena, y a dos magistrados en activo del Tribunal, Carmen Lamela y Pablo Llarena, carece de precedentes y no se corresponde con los requisitos mínimos de separación de poderes", argumentó Marín, por lo que la reunión se retrasó.

A su vez, han aclarado que, en esta fecha que ya parece completamente definitiva, será el magistrado quien reciba al ministro en la sede del Tribunal Supremo.

"Trabajando por el presitigio de los jueces"

Antes de reagendar por segunda vez la reunión, Bolaños mantuvo una conversación con el presidente del Supremo, en la que el titular de Justicia aseguró que "trabajaría por el prestigio de los jueces y magistrados en este país ante cualquier ataque, venga de donde venga".

"Los jueces y magistristrados de este país pueden contar con el ministro de Justicia, Félix Bolaños, para defenderles de cualquier descalificación y cuestionamiento de su prestigio y para garantizarles que puedan impartir justicia con independencia, en el marco de la Constitución, el Estado de derecho y la separación de poderes", argumentaban fuentes de la cartera ministerial, con el objetivo de calmar las aguas ante la enfadada reacción del presidente del Supremo.

La de Marín fue una de las muchas respuestas que llegaron desde el Poder Judicial a las palabras de Nogueras. En el polo opuesto, las declaraciones del senador del PP José Antonio Monago, quien argumentó que el caso Gürtel fue el mayor caso de lawfare de la historia de la democracia española y culpabilizó al juez José Ricardo de Prada de ello, también recibieron fuertes críticas. 

"Señor Bolaños, el mayor caso de lawfare que se ha conocido en la historia política de España, lo mencionan ustedes. Porque un juez, el juez De Prada, introdujo un párrafo en una sentencia a propósito de la trama Gürtel, que provocó la caída del gobierno del señor Rajoy, y esa misma frase fue sacada del auto por el Tribunal Supremo. Es el mayor caso de lawfare y le costó al PP la presidencia del Gobierno", expresó Monago.

En concreto, el senador se refirió a las siguientes palabras del magistrado de Prada: "[La Gürtel] es una estructura financiera y contable paralela a la oficial al menos desde 1989, cuyas partidas se anotaban informalmente, en ocasiones en simples hojas manuscritas como las correspondientes al acusado Luis Bárcenas, en las que se hacían constar ingresos y gastos del partido o en otros casos cantidades entregadas a personas miembros relevantes del partido". Dichas líneas del auto fueron desestimadas por el Supremo por considerarlas "excesivas", pero la existencia del caso Gürtel y sus consecuencias judiciales son reales, y no fruto de la fabricación de un caso de lawfare.

Una de las críticas más duras a este reciente foco sobre la justicia fue la del presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, que pidió "rebajar la tensión" y expresó, tajantemente: "Déjennos en paz" tras los ataques a jueces "en el Congreso y en el Senado". 

A la vista de estas tensiones, otro de los objetivos de la reunión entre Bolaños y el presidente del Tribunal Supremo es rebajar la beligerancia entre el poder político y el judicial, y propiciar un reencuentro pacífico entre ambos pilares del Estado de Derecho. Aunque el precedente es complicado ante los cruces de declaraciones, se espera que este encuentro sirva para allanar el camino hacia una situación más cordial y normalizada.