El presidente de la Asociación Española contra el Cáncer, Ramón Reyes, no ha podido evitar mostrarse irritado ante las diferentes noticias que se están conociendo en los últimos días y ver cómo hay comunidades autónomas que no contribuyen a remar en la misma dirección. Así, aseguraba encontrar "impresentable" que haya territorios que no estén colaborando a la hora de trasladar datos con los que hacer un análisis de la situación que atraviesa el país en este ámbito y dónde se deben centrar los esfuerzos. "Los datos no son de las comunidades, son de los pacientes", se mostraba rotundo.
El escándalo de los cribados del cáncer de mama en Andalucía ha traído consigo conocer otros casos de prácticas irregulares que se están dando en otras regiones españolas relacionadas con esta enfermedad en sus diferentes tipos. Los titulares que provocó que saliera a la luz que al menos 2.000 mujeres, que se conozca de forma oficial, llevan un año o más sin conocer los resultados de sus pruebas y que esta situación podría darse en otras afecciones, ha derivado en un efecto dominó que está llevando a encontrar que en Valencia se están haciendo menos mamografías o que Baleares Aragón y Navarra, junto a Andalucía y Valencia, hacen caso omiso al Real Decreto 605/2003 al no trasladar al Ministerio de Sanidad las cifras relativas a las listas de espera en pruebas diagnósticas.
A todo ello se ha sumado que, recientemente, la Comunidad de Madrid haya mostrado su negativa a trasladar al Ministerio de Sanidad los números relativos a los cribados del cáncer de mama, colorrectal y de cérvix. El Ejecutivo madrileño, capitaneado por Isabel Díaz Ayuso, alega para justificarse que la petición de estas cifras por parte del ministerio corresponde a una "estrategia de confrontación política y de distracción respecto a las carencias de gestión del propio Ministerio". No obstante, desde Sanidad apuntan a que las cifras habían sido solicitadas con el objetivo de hacer un seguimiento "exhaustivo" del funcionamiento de estos programas en todo el territorio nacional para reforzar su vigilancia. Así, la ministra Mónica García, tras encontrarse con este rechazo del Partido Popular a facilitar la información, ha subrayado la importancia de poder entender y comprobar el funcionamiento de los programas de prevención oncológica, asegurando que "las políticas de prevención del cáncer no dan votos, pero salvan vidas". Es decir, poder hacer un dibujo de la situación por la que pasa el país en este asunto con la intención de tratar de establecer líneas de trabajo conjuntas para subsanar los problemas existentes.
Ramón Reyes evidenciaba en un acto un extenso descontento en relación a esto. Así, exponía que "el cáncer no conoce ideologías, no conoce razas, no conoce religiones, no conoce problemas de identidad sexual. El cáncer es el cáncer y el cáncer nos afecta a todos. 300 personas al día se mueren de cáncer en España". De esta manera, pedía más responsabilidad social a los representantes políticos.
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