El pasado miércoles, José Amedo, el exsubcomisario de los GAL, presentó un escrito en el juzgado de Pablo Ruz ofreciéndose para testificar en el asunto Gürtel, donde, según él mismo narra, se ha visto envuelto como 'cobrador' de una deuda de 1,8 millones de euros que un empresario, Alfonso García dueño de Constructora Hispánica, debía a un funcionario de Pozuelo, Leopoldo Gómez, ingeniero municipal, responsable de la concesión de obras.

"Gestionar de manera cordial el cobro de lo adeudado"
Según el relato de los hechos que hace Amedo, a él se le acercó en 2012 Leopoldo Gómez a través de conocidos comunes con la intención de que se entrevistara con el constructor "que le adeudaba importantes cantidades de dinero con el fin de tratar de la mejor manera posible que las hiciese efectivas" y que él no podía reclamarle, dice el exsubcomisario de los GAL, porque "por diversas divergencias circunstanciales y personales le resultaba problemático reclamárselas".

Amedo, el expolicía relacionado con los GAL, se ofrece a Ruz para explicar lo que conoce ahora de la trama Gurtel



Amedo en su relato dice que para "gestionar de manera cordial el cobro de las cantidades adeudadas" se puso en contacto con el constructor, con el que llegó a entrevistarse en un céntrico hotel de Madrid. Durante su encuentro, dice Amedo, el empresario se resistió a reconocer las deudas, por lo que volvió a entrevistarse con el funcionario que acabó por reconocerle entonces que eran deudas relacionadas con la concesión de varias obras.

"Procedí a averiguar si guardaban relación con actividades ilegales"
En el escrito presentado a Ruz, Amedo narra a continuación que el ingeniero municipal de Pozuelo le presentó "una serie de documentos que acreditaban la deuda (...) que despertaron mi suspicacia al ver que guardaban relación con las actividades profesionales de D. Leopoldo Gómez en el Ayuntamiento de Pozuelo", y que "podía tratarse de comisiones sospechosas". Pero en lugar de retirarse de la mediación que le habían solicitado, Amedo lo que dice es que "procedí a tratar desde ese momento de averiguar si guardaban relación con alguna actividad ilegal".

Continúa su relato el exsubcomisario y dice que "por gestiones realizadas por mi cuenta pude comprobar que las cantidades adeudadas (...) por lo menos eran de procedencia sumamente dudosa". Dice también el expolicía de los GAL que le llevó a sospechar definitivamente cuando "semanas más tarde" descubrió que el constructor era "uno de los principales implicados en la trama "corrupta" del caso "Gurtel"".

Amedo, controlado por la policía
Pero cuando Amedo se decide a presentarse ante Ruz, según él mismo cuenta, es cuando un periodista, Manuel Cerdán, al que él conoce bien desde sus 'confesiones' a El Mundo sobre el asunto de los GAL, le advirtió que por sus gestiones de mediador "había sido investigado y controlado por la Policía. Circunstancia -revela Amedo- que me alarmó sobremanera, puesto que en ningún caso actué de mala fe y mucho menos tratando de vulnerar la legalidad como se puede acreditar".

Concluye el exsubcomisario su escrito, anunciando que el pasado mes de abril denunció a Leopoldo Gómez por "una posible inducción a la comisión de un delito como consecuencia de su premeditada mala fe", ya que nunca le dijo que la mediación que le pidió podía "guardar relación con actividades supuestamente delictivas en proceso de investigación que pudieran estar presuntamente conectadas con la trama "corrupta" conocida como caso "Gurtel"".