La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, mantuvo una reunión el 11 de septiembre de 2014, varios meses después del incidente en la Gran Vía, con José Manuel Villarejo para archivar la causa que pesaba contra ella por desobediencia. No obstante, según los audios publicados por El País, en el mentado encuentro no solo tejieron la estratagema para dar esquinazo a Génova y a la Justicia, sino que también hablaron sobre las “ranas” de la exlideresa. “Son unos choricetes. Por eso los eché”, comentó la expopular.

En aquel encuentro en el que Villarejo admitió que Génova le había pedido que “bajara los humos” a la exlideresa conservadora, uno de los temas a tratar fue la corrupción en su gabinete. El excomisario le trasladó todo lo que sabía sobre asuntos oscuros de algunos dirigentes que integraron su Ejecutivo, como por ejemplo el que fuera su vicepresidente, Ignacio González.

En plena polémica por el caso del ático de Estepona, por el que presuntamente pagaba 2.400 euros de alquiler al mes. El excomisario aseguró que “se lo ha llevado y de gordo y en 20.000 cosas”, indicando que le había descubierto en “300.000 operaciones” diferentes. “La que le ha puesto ahí soy yo… convencida de que le había mirado por delante y por detrás y no tenía nada”, replicó la exlideresa.

Entonces, Villarejo alude a una conversación que mantuvo con González en 2011, cuando le explicó “cómo tenía que arreglarlo”. Sin embargo, el vicepresidente madrileño no le hizo caso. “Le dije, haz un contrato que no has hecho, haz las transferencias como si estuvieras pagando el alquiler, no vayas a la… Hace dos meses ha estado aquí el testaferro para preparar la declaración y yo he estado ayudándole”, confesó.

Aguirre, por su parte, ratificó la versión que le dio el excomisario. “Estoy segura de que es así”, admitió la exlideresa tras explicar que “ese señor” es un testaferro sugerido por el presidente del Atlético de Madrid y empresario, Enrique Cerezo. “Fernando Martín le pagó la pasta”, continuó Villarejo. Sorprendida, la exlideresa repreguntó y este explicó que Martín pagó a Cerezo y este “al testaferro”.

La expresidenta madrileña no sale de su asombro y añade que a Martín no le han dado “nada”. Sin embargo, el excomisario replica afirmativamente. “Arganda, la Operación Arganda, por la que está imputado”, continuó el excomisario, quien aseguraba que no se trataba de algo anterior al ascenso al poder de Aguirre.

 “Choricetes”

Según recoge El País, la conocida como Operación Arganda está aún pendiente de juicio. Se investiga un presunto caso de amaño acaecido en noviembre de 2004, un año después de la llegada al Gobierno regional de Esperanza Aguirre y, por supuesto, de Ignacio González. El Ejecutivo madrileño, presuntamente, habría apañado un concurso público que habría beneficiado al empresario Fernando Martín. El promotor vendería posteriormente una parte del mismo, logrando plusvalías multimillonarias.

Sin embargo, las pesquisas no aclararon si en esa operación se pagaron comisiones ilegales a Ignacio González. Además, tampoco fue imputado por el caso del ático de Estepona, el cual fue archivado. Esto lleva a los dos interlocutores a sumergirse aún más en las profundidades de la charca de Aguirre, donde se vislumbran dos de sus “ranas” estrellas: Alfredo Prada y Francisco Granados, número tres de la exlideresa.

Aguirre le traslada a Villarejo que le atribuyen el espionaje a Cobo, pero se pregunta cómo va a hacer eso con el mentado y con Prada. Acto seguido, el excomisario apunta que “el otro -en alusión a Prada- era un choricete”. “Total, ese sí que lo era, ese sí que adjudicó la Ciudad de la Justicia”, prosiguió Aguirre, quien también se refirió en estos técnicos a Granados. “Por eso los eché”, concluyó.