El exvicepreisdente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, ha salido reforzado de la reunión de la Ejecutiva nacional de Ciudadanos que se ha celebrado este lunes de urgencia tras la tormenta política que ha sucedido en España en los últimos días.

En concreto, según han señalado fuentes naranjas a ElPlural.com, Aguado ha recibido el apoyo tanto de la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, como de los pesos pesados de la formación naranja, con Edmundo Bal a la cabeza. De hecho, la líder de Cs ha incluido al exvicepresidente de la Comunidad de Madrid como miembro de la Ejecutiva permanente del partido.

De esta manera, Aguado ha confirmado que se presentará en las primarias de Ciudadanos para liderar la candidatura de la formación naranja en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid el próximo 4 de mayo. “¡Saldremos a por todas! Somos la alternativa sensata ante tanta polarización y tanto fuego”, ha señalado en Twitter.

Un viejo enemigo antes de enfrentarse a Ayuso

Unas primarias en la que, de momento, solamente tendrá que rivalizar con Juan Carlos Bermejo. Este, que ya se presentó como candidato en 2019, ha culpado a Aguado de la situación en la Comunidad de Madrid. “Es el única responsable”, ha criticado en una entrevista concedida al programa Cuatro al día.

"Aguado debería haber pactado con PSOE. Decidimos gobernar con el PP, pues hay que ser leales y si no te gusta ese Gobierno te sales, pero no pones palos en las ruedas que es lo que ha venido haciendo durante todo este tiempo", ha lanzado.

Vital llegar al 5%

Volviendo a la cita electoral del 4 de mayo, si Aguado finalmente logra vencer a Bermejo en las primarias de Ciudadanos, el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid buscara vengarse de Isabel Díaz Ayuso, después del abrupto final entre ambos. En este sentido, tal y como adelantó ElPlural.com, el dirigente naranja tiene un plan con una serie de premisas para conseguir este objetivo.

Una de las claves fundamentales para que Aguado logre su particular venganza es que Ciudadanos no se hunda por debajo del 5% de los votos –de hacerlo, se quedarían sin representación parlamentaria y perdería 26 escaños en dos años-. No obstante, los naranjas se muestran optimistas y creen que el hecho de que la Comunidad de Madrid sea una circunscripción única y que haya un espacio electoral muy diverso les da bastantes posibilidades de resistir y no desaparecer de la Asamblea de Madrid.

Si se diera este caso, con toda probabilidad la suma de Partido Popular y Vox volvería a necesitar de Ciudadanos para gobernar. Una ecuación que los naranjas no verían con malos ojos volver a formar, aunque exigirían dos demandas: que la extrema derecha no entrara en el Gobierno (no es ningún secreto que la formación ultra y Cs nunca se han llevado bien), y que el Ejecutivo madrileño no lo encabezara Ayuso. Fuentes de Ciudadanos explican a este medio que estos dos requerimientos sería una línea roja en las negociaciones, y que para lograrlo estarían dispuestos incluso a quedarse ellos también fuera del Gobierno.