El ministro de Defensa, Pedro Morenés, al inicio del pleno que hoy celebra el Congreso de los Diputados donde se debaten las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos de la oposición a la reforma de la Ley de Carrera Militar. EFE



No es lo mismo poner fin 'como sea' a un escándalo mediático que poner fin, con el amparo de la Ley, a un delito. El acoso a la capitana Zaida Cantera está sentenciado por un Tribunal Militar el pasado 8 de marzo de 2012 y hubo un condenado, pero del acoso sexual se pasó a un acoso laboral que en opinión del marido de la capitana solo tiene un objetivo, expulsarla del ejército o conseguir que no soporte más la presión y sea ella quien lo abandone. El acoso laboral también es delito, en el caso de las Fuerzas Armadas abuso de autoridad, y si hay una denuncia de la envergadura que estamos viendo estos días, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, tiene la obligación de investigarla. No vale  excusarse con el honor del Ejército, no vale acusar a los denunciantes de mancillar al Ejército o la reputación del ministro. Ofende y mancilla quien acosa y quien incumple la Ley.

No es un procedimiento administrativo
El ministro Pedro Morenés ha declarado a los medios de comunicación que no recibió a la capitán porque "estaría interfiriendo en el procedimiento administrativo" y por ello le recibió su jefe de gabinete. Esa frase del ministro puede explicar la raíz del problema y por qué no se trata únicamente de un tema que el Ministerio no ha sabido manejar ni política ni mediáticamente. No lo ha sabido manejar por una cuestión de fondo, porque no es un procedimiento administrativo, es un delito cuyo autor estuvo internado en un centro penitenciario durante año y medio. Tuvo que ser un acoso brutal y evidente porque los delitos de acoso sexual son difíciles de demostrar en los tribunales y más en el ámbito militar, donde el miedo a las represaliarías por testificar en contra de un superior es inmenso.

El Ministerio de Defensa ha comunicado hoy que el proceso sobre la baja laboral de la capitán se resolverá en abril. Porque resulta que desde la sentencia de hace tres años la capitán Zaida ha seguido sufriendo acoso, en este caso laboral, y porque amigos del condenado la atacan a ella y a su marido -también militar- sin esconderse, en las redes sociales.

Sí tiene potestad
Tampoco caben excusas pueriles como que el ministro de Defensa no tiene potestad. Claro que la tiene. No la tiene en los ascensos que en el ejército español son en la mayoría de los casos automáticos y por antigüedad (no por méritos), pero Morenés, como máximo responsable político no solo tiene la potestad sino que tiene la obligación para abrir una investigación sobre lo ocurrido y exigir que se depuren responsabilidades. El error de Pedro Morenés y su equipo fue pensar que con la sentencia de 2012 el caso estaba zanjado y que la capitán no sufriría represalias. También pudo pensar el ministro que las represalias que denunciaba la capitana Zaida Cantera eran invenciones de la militar que buscaba protagonismo. Si pensaba eso sin prueba alguna y sin una investigación interna, Pedro Morenés no tiene un problema de comunicación, lo que tiene es un problema de conciencia.

Bochornoso discurso del PP
Dicen quienes le conocen que Pedro Morenés es una persona moderada y educada. No lo dudo pero la imagen que dio este miércoles en la Sesión de Control al Gobierno ni fue moderada ni educada. Resulta además que Morenés era un perfecto desconocido para la opinión pública y en esa sesión de control perdió el anonimato. Y de mala forma. De mala forma porque no tuvo la capacidad de mostrar la más mínima empatía con la capitana presente en la tribuna de invitados. Si no le salía del alma pedirle perdón por lo que ha sufrido, al menos debía haberlo hecho por estrategia. Y como remate tuvo un acto absolutamente antidemocrático al hacer el gesto de silencio a la diputada de UPyD Irene Lozano que ha conseguido llevar este caso al Parlamento español.

Pedro Morenés parecía arrepentido veinticuatro horas después, como también negó que su departamento de comunicación intentara endosarle la responsabilidad de todo el asunto a la ex ministra Carmen Chacón. Sinceramente ya resulta patético el argumento de los populares de justificar todos sus errores con el Gobierno anterior. Patético y cobarde, porque en política se está para asumir responsabilidades. Pero la palma se la ha llevado el portavoz de Defensa del PP en el Congreso, Vicente Ferrer, cuya lamentable intervención acusando a Irene Lozano de "mancillar" el honor del ministro, de buscar un minuto de gloria y un puñado de votos es absolutamente indigno de un representante de los ciudadanos. El PP ya no solo debería pedir disculpas a la capitán Zaida y a Irene Lozano, debe pedir excusas a todos los españoles porque el discurso de Vicente Ferrer en la tribuna de la soberanía nacional es bochornoso para las Fuerzas Armadas, para la Cortes Generales y para todos los ciudadanos.

Culpable La Sexta e Irene Lozano
Desde el Ministerio de Defensa y desde algunos ámbitos del PP se habla de enorme malestar con La Sexta, cadena que emitió el reportaje sobre la capitana (Salvados) y con la eurodiputada Irene Lozano. Típica estrategia del PP: el problema no es el delito, el problema no es el acoso, el problema no es que el ministro tenga unos asesores incompetentes o que él sea un incompetente. El mensaje que filtra el Ministerio es desolador, porque blanco sobre negro viene a decir 'no nos importa lo que pase dentro de los Ejércitos, lo que nos preocupa es que se sepa'.