“Tú a Marruecos. Desokupa ¡A la Moncloa!”, rezaba la lona, en la que aparecía la cara del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la organización de Daniel Esteve desplegó en pleno centro de Madrid. Delitos de agresión, extorsión y amenazas pesan sobre los miembros de este y otros muchos grupúsculos de la misma naturaleza; no obstante, y pese a ser foco principal de sus ataques mediáticos, el PSOE ha rechazo en el Congreso de los Diputados la iniciativa para su ilegalización, presentada por Podemos.
La proposición no de ley presentada en la Comisión de Vivienda buscaba definir la posición de la Cámara Baja ante estas empresas, que siembran el miedo en muchos barrios obreros y entre las familias más vulnerables, e instaba al Gobierno a realizar "todos los cambios legales y movilizar todos los recursos que sean necesarios” para poner fin a la “actividad escuadrista y parapolicial” de estos “comandos paramilitares y neonazis”. Los socialistas se han abstenido, dejando decaer la proposición con 17 votos en contra, 6 a favor y 13 (PSOE y Junts) en la equidistancia.
Podemos, que proponía, Esquerra Republicana (ERC), EH Bildu y Sumar han dado su sí, mientras que el Partido Popular (PP) y Vox se han posicionado en contra. "Auténticos grupos fascistas, que emplean la violencia y el acoso para expulsar ilegalmente a familias que residen de manera legal en sus viviendas", contenía el texto presentado por los morados. La formación liderada por Ione Belarra, que defendía la proposición, considera “incomprensible” que el PSOE se haya puesto “de perfil” ante “grupos paramilitares que se lucran coaccionando y extorsionando a personas en situación de vulnerabilidad".
El líder de una de estas organizaciones, Daniel Esteve, no ha tardado en responder a través de sus redes sociales. El cabecilla de Desokupa se ha burlado de Belarra y de Podemos y ha lanzado una serie de comentarios machistas dirigidos a la secretaria general de los morados y la eurodiputada Irene Montero. “De rodillas se pasa el día”, ha atacado a la que fuera ministra de Igualdad, a la que ya amenazó recientemente ante un acto de presentación de su libro. “Sois dos viciosillas, tanto tú (Belarra) como la querida Irene Montero”, ha zanjado.
El PSOE se defiende
"Lamentablemente, con su abstención de hoy, el PSOE ha vuelto a demostrar su falta de voluntad política para acabar con una amenaza democrática de primer orden", han lamentado los morados, que denuncian que "la parálisis legislativa y la actitud cobarde del Gobierno está allanando el camino a un futuro Ejecutivo de PP y Vox". Sin embargo, los socialistas niegan la mayor y aseguran que se han abstenido ante esta proposición no de ley porque están preparando una reforma legislativa, aunque ambas no son incompatibles.
Víctor Camino, diputado de los del puño y la rosa en la Cámara Baja, fue el encardo de explicar su posición, asegurando que "comparten el espíritu" de la proposición no de ley de Podemos. No obstante, trasladaba la creencia de que con la reforma del Código Penal en tramitación se producirá, llegue cuando llegue, el "cambio necesario para desarticular o ilegalizar" estos comandos y que con los artículos 169 y 172 del código "se puede acabar con las amenazas y coacciones", pese a que estas se siguen produciendo sin consecuencias.
Más tarde, y ante el revuelvo montado, Camino completaba su defensa en redes sociales. “Que no te líen”, introduce el secretario general de las Juventudes Socialistas, “el PSOE por supuesto que está a favor de acabar con organizaciones neonazis como Desokupa”, continuaba, “y por eso estamos trabajando en una proposición de ley orgánica de reforma del código penal que afecta al capítulo de coacciones y que también penaliza a las organizaciones que amparan esas coacciones a personas vulnerables”.
“Vamos a continuar trabajando para eliminar este tipo de organizaciones fascistas que afectan a la democracia, pero lo vamos a hacer con rigor porque finalmente quien decide cómo aplicar el Código Penal y va a ser la judicatura”. Este último argumento expuesto por Camino es “fundamental” para los socialistas, que llaman a ser “rigurosos” y defienden “haberlo sido” con su abstención. Estas explicaciones no convencen a las formaciones ubicadas a su izquierda, con las que abre un poquito más la brecha de los últimos tiempos.