El PP ha conseguido desquitarse de la debacle sufrida en abril, cuando cayó a los 66 escaños y cosechó el peor resultado de la historia de los populares. En esta nueva contienda Pablo casado y su equipo han intentado hacer llegar a su electorado la premisa del “voto útil”, posicionándose como único partido capaz de luchar de tú a tú al PSOE de Pedro Sánchez.

Génova celebra a medio gas los 88 escaños conseguidos este 10 de noviembre con el 98% escrutado. Un aumento de 22 diputados que hace que Pablo Casado respire y cruce los dedos para que la cifra siga en aumento a lo largo del recuento. A sabiendas del varapalo que sufrió hace cinco meses, el líder popular se expone de nuevo a una reválida que estuvo cerca de costarle el puesto tiempo atrás.

Después de retornar al perfil moderado otrora abanderado por Mariano Rajoy, contrario en modo y forma al proceder habitual de José María Aznar, el líder popular ha cosechado los mejores resultados de su mandato.

El objetivo eran los 100 escaños. Las tres cifras no se han alcanzado, debido, principalmente, al subidón de la extrema derecha española que ha derribado la puerta del Congreso de los Diputados en su segunda cita con las urnas logrando pasar de los 24 diputados a los 52 escaños.

La búsqueda del caladero de voto de Ciudadanos, al menos, de lo que antiguamente representaban los naranjas- ha dejado vía libre a los de Abascal. La estrategia popular ha cambiado: de la derechización argumental para pescar en territorio Vox a la unión del bloque bajo el proyecto de ‘España Suma’ que ha arrastrado a Ciudadanos a la insignificancia total con 10 escaños.