Sin embargo, no sólo los militantes socialistas tienen sus preferencias. También la derecha opina. No votará en Sevilla, pero opina. El presidente del Gobierno ha dicho a sus más allegados que Rubalcaba es su candidato. “Con Chacón no sabemos qué va a pasar” comentan fuentes del Palacio de la Moncloa citando a Mariano Rajoy. Quizás, el presidente ve a Rubalcaba como una opositor más previsible y con fecha de caducidad. Chacón tiene un estilo diferente y ahora quiere hablar en primera persona. Es menos previsible y sus debilidades no son tan evidentes como las de Rubalcaba.

No es el único, también la derecha nacionalista tiene sus preferencias. Josep Antoni Durán i Lleida, el líder de los nacionalistas catalanes en el Congreso de los Diputados, lo ha dicho sin ambages esta mañana en la emisora del Grupo Godó: “Yo prefiero a Rubalcaba”. El veterano dirigente de CiU critica con dureza a Chacón porque si una catalana dirige el PSOE y no tiene reparos en afirmar que es catalana y española –personalidades y sentimientos que para los nacionalistas son excluyentes- puede dar al traste con el manido argumento del nacionalismo catalán que perpetúa un supuesto enfrentamiento entre Cataluña y España. En ese escenario, que busca el enfrentamiento entre territorios, tanto Durán como Rubalcaba, se encuentran cómodos. No hace falta nada más que recordar el episodio en el que Durán calificaba a los andaluces como vagos a cuenta del PER. Con Chacón, la fiesta se acaba. Conclusión, el preferido de la derecha catalana, Rubalcaba. Para suerte de Chacón, en el congreso socialista de Sevilla no votan nada más que los delegados. Rubalcaba acaba de perder dos votos, el de Rajoy y el de Durán.

Toni Bolaño es periodista y analista político