La arriesgada apuesta de Pablo Casado con Cayetana Álvarez de Toledo le ha salido regular. Su verso libre e ingobernable provocó que el líder del PP tuviera que apartarla como portavoz parlamentaria y, desde entonces, las críticas veladas son la tónica habitual: “Queda acreditada su incapacidad”. Esta y otras tantas ácidas lindezas le ha dedicado Álvarez de Toledo a Casado. Sin embargo, hay dirigentes muy afines a la cúpula de Génova que aún la defienden.

Es el caso del alcalde de Madrid y portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, quien durante su visita a El Hormiguero de Pablo Motos justificó la actitud de su compañera de filas.

Durante un juego de roles en el que el presentador planteaba situaciones y el invitado escogía con qué político vivirlas, cuando Motos le preguntó sobre quién dejaría que le colocase la cuerda para hacer puenting, Almeida no dudó.

“A Cayetana”, dijo. Y explicó: “Es una persona que defiende sus convicciones y principios aunque vaya a contracorriente, que eso también es necesario”.

En este punto, Pablo Motos le insistió en que va por libre, y el dirigente popular salió por la tangente: “¿Por qué la gente nos pide que en los partidos haya debate y cuando hay debate la gente se queja?”.

Aviso a navegantes

Las críticas veladas de Álvarez de Toledo podrían comenzar a pasarle factura. El Partido Popular ha revisado sus normas de comportamiento interno que afectan, entre otras cosas, al régimen disciplinario y sancionador de los grupos parlamentarios en el Congreso y el Senado.

El pasado lunes el Grupo Popular en la Cámara Baja se reinó de manera ordinaria y, dando cumplimiento al orden del día fijado, Cuca Gamarra trató a colación la revisión de los estatutos y las normas de conducta. Fue aprobado sin ninguna objeción.

La decisión de modificar el código de conducta la tomó la dirección nacional el pasado otoño, pero se fue postergando. En concreto, según el citado medio, se recogen ahora las mismas “infracciones” calificadas en tres niveles, “muy graves, graves y leves”. Entre los que se consideran muy graves, están comportamientos como “la manifiesta deslealtad al partido, entendida como toda acción que pueda perjudicar su interés general”, la “desobediencia a las instrucciones o directrices que emanen de los órganos de representación del partido, siempre acordes a los estatutos”, y “toda manifestación o declaración hecha con publicidad que incite al incumplimiento o descalificación de las decisiones democráticamente adoptadas por el partido”.