El Gobierno de coalición ha dado un paso de gigante salvando la primera votación de los Presupuestos Generales del Estado 2022. El Congreso de los Diputados ha rechazado todas las enmiendas a la totalidad registradas por los partidos que pretendían tumbar las cuentas y devolverlas al Ejecutivo. PSOE y Unidas Podemos se han valido de las bancadas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), PNV, EH-Bildu, PDeCAT, Más País-Equo, Compromís, Nueva Canarias, BNG, PRC y Teruel Existe para salvar el match point. Sin embargo, el suelo por el que camina aún es frágil y queda un largo recorrido, tal y como sus propios socios le han recordado.

El debate parlamentario ha concluido con la imagen de una María Jesús Montero exultante. La ministra de Hacienda aplaudía con especial vehemencia buscando la complicidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ambos han encarado la salida del hemiciclo abrazados.

A favor de la devolución de las cuentas han votado el PP, Vox, Ciudadanos, Junts, la CUP, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria. Todas estas formaciones, a excepción de UPN, habían registrado enmienda a la totalidad a las cuentas. A partir de ahora, el Congreso albergará un profundo debate sobre el contenido de los PGE y se trabajarán y negociarán las enmiendas parciales. El plazo para su registro finaliza el 5 de noviembre.

He aquí el principal escollo del Gobierno. Sus potenciales socios, Esquerra, PNV y Bildu, han advertido una vez más que las cuentas aún no están aprobadas y que su voto al proyecto definitivo tiene un precio.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha avisado que los 13 votos de su formación son imprescindibles ya no solo para los PGE, sino para el devenir de la legislatura, “y no sé si les queda más gasolina en los motores para tanto viaje".

En su intervención, el portavoz parlamentario del Grupo Republicano ha recordado que no presentaron una enmienda a la totalidad gracias a un acuerdo sobre la bocina que incluía, entre otras cosas, que Esquerra fijaría la cuota de producción audiovisual en catalán, euskera y gallego en el marco de la ley audiovisual.

Así las cosas, Rufián ha rebajado los ánimos esgrimiendo que el Gobierno "comienza a tener a mucha gente demasiado cabreada", por lo que deberían “calcular bien sus fuerzas" y la gasolina con la que cuentan para no tener que adelantar elecciones.

Por su parte, el PNV ha recalcado que aún falta "un buen trecho" para acordar los Presupuestos, aunque espera que su voto en contra de las enmiendas de totalidad presentadas por distintos grupos parlamentarios suponga un punto de partida para discutir las "discrepancias" con el Gobierno y abordar la agenda vasca "con más profundidad".

Idoia Sagastizabal ha cuestionado el contexto macro de las cuentas, que fían el crecimiento económico y la recuperación a los fondos europeos. También ha lamentado que el proyecto presupuestario del Gobierno no deja "en un buen lugar" a Euskadi en cuanto a inversiones y cifras de ejecución. Pese a ello, los nacionalistas vascos se han mostrado más que dispuestos a hablar: “El diálogo es más necesario que nunca”.

La derogación de la reforma laboral

El quilombo de la reforma laboral ha sido agitado por otro de los potenciales socios del Gobierno: EH Bildu. Su portavoz económico en el Congreso, Oskar Matute, ha exigido que "derogue" todos los aspectos lesivos para los trabajadores de la legislación laboral aprobada por el PP; advirtiendo de que si apuesta por una mera reforma parcial de la misma perderá primero el apoyo de las fuerzas de izquierda y, en segundo lugar, las elecciones.

Para apoyar las cuentas, Matute ha insistido en que el Gobierno se tendrá que "ganar" sus votos y ellos serán "razonables", pero también "exigentes", para lograr un acuerdo que mejore las condiciones sociales y laborales de la ciudadanía vasca y de la clase trabajadora de todo el Estado. "Esa y no otra es nuestra meta en esta negociación", ha enfatizado en respuesta a quienes, basándose en palabras del líder de Bildu, Arnaldo Otegi, dan por hecho que la coalición apoyará la cuentas también en su votación final a cambio de la excarcelación de presos de ETA.