Hay varias razones que explican el crecimiento de Ciudadanos en los últimos años. Uno de ellos es la cero tolerancia que han manifestado siempre que han podido frente a la corrupción, aunque a la hora de actuar no siempre se han mostrado tan tajantes. Ahora, en Andalucía tienen una nueva oportunidad de volver a sus fueros, aunque para ello tendrían que renunciar a hacer a Juanma Moreno Bonilla presidente de la Junta.
El origen de todo
El actual líder del Partido Popular Andaluz se hizo mayor en la política en el año 2000. Con la entrada del nuevo siglo, Moreno hizo su primera aparición en el Congreso de los Diputados, pero como diputado de Cantabria, porque no le encontraron hueco en Málaga, su tierra de origen familiar, que no natal puesto que nació en Barcelona.
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En este cargo se asentó durante más de una década -hasta el año 2011 que fue nombrado secretario ejecutivo de Política Municipal-. No obstante, su desempeño dejó bastante que desear y el propio Bonilla jamás terminó de sentirse cómodo y pasó sin pena ni gloria.
Sin embargo, en estos años el líder del PP-A aprovechó estos años para enriquecerse. Según una portada que sacó el periódico El Mundo en 2014, Moreno Bonilla aparece en el octavo puesto entre los populares con las nóminas más altas del año 2006. Entonces era un personaje desconocido y nadie reparó en él.
Captura de pantalla de la portada de 'El Mundo'. Fuente: Twitter.
Años más tarde, cuando asumió más poder y se convirtió en el líder del PP por Andalucía, este medio y otros como Vozpópuli ya señalaron los sobresueldos que había ingresado el popular durante varios años. Se estima que el ahora candidato por el PP a la Junta de Andalucía se ha embolsado más de un millón de euros desde que es diputado (2000); de los cuales casi 600.000 habrían sido en sobresueldos.
Moreno se defendió echando balones fuera
Cuando saltó la noticia, el líder del PP se defendía en 2014 asegurando que jamás en su vida había "cobrado ningún sobresueldo ilegal" y acusando al PSOE de "mentir" para "tratar de tapar las vergüenzas del Gobierno socialista de más de mil millones de euros", en alusión al escándalo de los ERE.
Moreno nunca negó que hubiera cobrado las cantidades que se le atribuían, pero defendió que eran “un complemento” del partido cuando había tenido "responsabilidades en la dirección nacional; han sido transferencias bancarias y han sido declaradas a Hacienda puntual y detalladamente año tras año".
