El Gobierno de la Comunidad de Madrid se fractura. Las grietas que tuvieron su génesis en las discrepancias con respecto a la gestión de la crisis sanitaria en las residencias son ahora más acusadas después de que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ocultara el documento que integraba las medidas para la desescalada de la pandemia del coronavirus.

Este domingo Ayuso intervino en primer lugar en la videoconferencia de presidentes autonómicos para poder asistir a la misa de la catedral de La Almudena, donde se la pudo ver afligida y con lágrimas deslizándose por su rostro. En el encuentro, la presidenta de la Comunidad de Madrid no compartió con sus homólogos ninguna de sus propuestas a pesar de que uno de los puntos a tratar era la desescalada gradual. El informe no fue desvelado hasta la tarde de ayer.

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Ciudadanos desconocía que el Ejecutivo estaba trabajando en un plan, y mucho menos tenía consciencia de que estaba tan adelantado. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, les remitió el primer borrador durante la tarde, lo que generó un clima de enfado notable.

Los consejeros naranjas lamentan que no fueron consultados para la elaboración del plan a pesar de que muchas de las medidas están vinculadas directamente con sus consejerías, como es el caso de Transporte.

Tanto que habla de que Sánchez no consulta con las comunidades autónomas y ella no consulta a la mitad de su Gobierno para elaborar un documento de consenso para la desescalada”, denuncian fuentes próximas al Gobierno consultadas por ElPlural.com.

Estas mismas fuentes gubernamentales indican que no sólo Ciudadanos está molesto con la "actitud individualista" de Isabel Díaz Ayuso, sino que también existe malestar en un consejero del propio Partido Popular, quien habría señalado que "está alejada de la realidad". 

Por su parte, en declaraciones a este periódico, el Gobierno de Ayuso justifica que “es un documento inicial de un grupo de trabajo que pilota la consejería de Sanidad para ir desarrollando su contenido con el resto de consejerías”. Además, esgrimen que no informaron al Gobierno de Sánchez ni al resto de presidentes autonómicos porque “se trata de un mero borrador inicial”.

La pauta la marca Sánchez

En el informe se baraja obligar a los establecimientos de hostelería a poner mamparas de protección, el uso obligatorio de mascarillas en el transporte público, medidas para garantizar el distanciamiento en los centros educativos… También queda en el aire la apertura de las piscinas en la temporada estival.

Sin embargo, conviene recordar que Sánchez comunicó este domingo a los presidentes de comunidades y ciudades autónomas que será la Administración central la que fije las "reglas comunes" que todos deberán seguir para la desescalada tras la etapa de confinamiento provocada por la pandemia de coronavirus.

Así lo manifestó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa después de la videoconferencia que mantuvo Sánchez con los dirigentes regionales, en la que le ha trasladado que recabará sus propuestas para estudiarlas, pero que "tiene que haber un criterio común" para todo el Estado de cara a la desescalada.

Así las cosas, se prevé una “desescalada asimétrica” que responde a las necesidades y situaciones de cada territorio, pero siempre dentro de una métrica común.

La génesis del conflicto

Al comienzo de la crisis del coronavirus, la gestión de las residencias, epicentro de riesgo, correspondía a Reyero. Pero Ayuso le apartó, decreto mediante, y puso al mando a las consejerías de Sanidad (PP) e Interior (PP), bajo un "mando único”.

Reyero criticó públicamente que no se hubiesen medicalizado todavía las residencias, a pesar de que se estaba realizando el repliegue en hospitales. Ruiz Escudero le acusó de “desconocimiento”. Y de aquellos barros, estos lodos.

Reyero también denunció que “no entiendo que el SAMUR vaya a Castilla y León y no se utilice para reforzar nuestro personal sanitario en las residencias”, haciendo referencia a los efectivos que la Comunidad de Madrid enviaba a otras regiones.

El hartazgo de la oposición

Y mientras populares y naranjas coinciden en que discrepan, la oposición se harta de sus desavenencias. 

En declaraciones a ElPlural.com, Emilio Delgado, diputado de Más Madrid, lamentó que “lo que está pasando no es ni más ni menos que la crónica de una muerte anunciada. Alberto Reyero es una persona conservadora pero demócrata y desde el principio ha aceptado que la situación de los servicios sociales en Madrid era un desastre absoluto. Él se empeñó en sacar adelante varias reformas legislativas con las que Más Madrid estaba de acuerdo. Pero les advertimos de que esas reformas no eran posibles si se hacían desde un gobierno del PP, que es el responsable del estado lamentable de servicios sociales y la corrupción galopante, y apoyado en la extrema derecha. Es algo que era imposible. Y lo que está ocurriendo es que ese momento ha llegado”.

A juicio de Delgado, Reyero tenia dos opciones, “plegarse al gobierno del PP o tratar de avanzar en materia de transparencia dando por ejemplo los datos de fallecidos en las residencias. Y de ahí la fractura”.

“Nosotros en su día planteamos s la posibilidad de un gobierno de regeneración en la Comunidad de Madrid en el que el PSOE marcara la pauta. Incluso nos ofrecimos a no estar en ese gobierno, y Ciudadanos lo rechazó de plano. La consecuencia de haber tomado esa decisión la estamos viendo hoy: en mitad de la pandemia mas grave en la historia de la región tenemos un Gobierno divido e insultando”.