Este martes 24 de enero se cumpen 40 años de los asesinatos de los abogados laboralistas de la calle Atocha, vinculados al PC y CCOO, uno de los atentados con los que la extrema derecha intentó frenar la democratización del país y provocar, lo que no consiguieron por la extrema responsabilidad con la que respondieron los comunistas. En aquel despacho trabajaba la actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que se salvó del atentado por un cambio de agenda de última hora como ella misma ha contado. Cuando aquel día un comando de extrema derecha irrumpió en un despacho de abogados laboralistas en el número 55 de la calle de Atocha mató a tiros a Javier Sauquillo Pérez del Arco, Luis Javier Benavides Orgaz, Enrique Valdelvira Ibáñez y Serafín Holgado de Antonio, y al sindicalista Ángel Rodríguez Leal, y dejó heridos de gravedad a Dolores Gonzáles Ruiz, Luis Ramos Pardo y Alejando Ruiz-Huerta.

La alcaldesa participó ayer en el Colegio de Abogados de Madrid en el descubrimiento de una placa en recuerdo de los abogados asesinados en un acto en el que explicado que entonces Madrid pagó con esas muertes "para conseguir la libertad y la democracia". Con ocasión del cuadragésimo aniversario de estos asesinatos, el Colegio de Abogados celebró un acto en el que han participado también su decana, Sonia Gumpert; el presidente de la Fundación Abogados de Atocha, Alejandro Ruiz Huerta, y la comisionada para la Ley de memoria histórica en Madrid, Francisca Sauquillo.

"Vivan los abogados de Atocha"
Sonia Gumpert aseguró que el homenaje era "para que nadie olvide lo que fueron, lo que soñaron y lo que consiguieron como abogados". "Vivan los abogados de Atocha, viva la abogacía y viva el derecho de defensa", proclamó. Tras asegurar que no será olvidada la memoria de esos abogados asesinados hace cuatro décadas, la alcaldesa Carmena destacó que "la memoria es fundamental" en una ciudad y en este caso la de unos abogados "cuya vida fue la causa de su muerte", unas vidas "dinámicas y con la fuerza extraordinaria que da la juventud".

"Inauguraron una nueva época"
La alcaldesa describió a sus compañeros como personas "entusiasmadas con el trabajo útil que hacían, con su reivindicación de la manera de hacer valer los derechos de los trabajadores". Y añadió que esos abogados de entonces "inauguraron una nueva época", la de la transición, que, ha explicado, comenzó en 1970 en el Congreso de Abogados de León, donde ya fue reivindicada la amnistía para los presos políticos, "queríamos acabar con la estructura de venganza de la dictadura". Para la alcaldesa esos asesinatos y la reacción de la sociedad supusieron la cuota que le correspondió a Madrid "para conseguir la libertad y la democracia que tenemos hoy".

Los asesinos consiguieron "el efecto contrario"
Francisca Sauquillo, cuyo hermano murió en el atentado, destacó el papel que desempeñaron los miembros del Colegio de Abogados Pedrol Rius, Martín Garro y Antonio Garrigues, que "hicieron frente al miedo que había en la sociedad y el parcheo que quería hacer el Gobierno para no reconocer que había sido un asesinato". "Los asesinos querían truncar las libertades y la democracia", ha dicho Sauquillo, pero, por el contrario -ha añadido- los asesinatos supusieron "el efecto contrario y que en el entierro la sociedad considerase que estos abogados eran sus muertos".