La alcaldesa de Madrid, Ana Botella. EFE/Archivo La alcaldesa de Madrid, Ana Botella. EFE/Archivo



El Gobierno de Ana Botella ha modificado la calificación de las parcela en la que se está construyendo el nuevo estadio de La Peineta para que el club deportivo de Enrique Cerezo, el Atlético de Madrid, pueda comprar el suelo de propiedad municipal y se evite pagar un alquiler anual de casi dos millones de euros al Ayuntamiento durante años.

Entradas de fútbol por 6 millones de euros
El convenio firmado por el Ayuntamiento y el Atlético de Madrid en 2009 fijó el precio de la parcela en 41.179.942 euros, con los aumentos correspondientes del IPC hasta 2017. El Gobierno de la capital ha dado todo tipo de facilidades a la empresa de Cerezo, como pagar parte del coste de su estadio con entradas de fútbol, que luego el Ayuntamiento ha distribuido entre escuelas de fútbol (el 80%), y voluntarios y patrocinadores de las candidaturas olímpicas. Desde diciembre de 2008, y el pasado mes de octubre, el club ha entregado 126.395 entradas por un valor total de 6.208.007 euros, que se descontarán así del precio de la parcela, según adelanta El País.

Un proyecto de Gallardón
La remodelación de La Peineta viene dando tumbos desde 2004, cuando Gallardón presentó el primer proyecto para convertirla en estadio olímpico dentro de la candidatura para organizar los Juegos de 2012. Ya entonces negoció con el Atlético su mudanza desde el esadio Calderón, cuyo suelo se recalificaría para construir viviendas. En diciembre de 2009, tras casi año y medio de negociaciones, el Ayuntamiento y el club firmaron finalmente un convenio patrimonial que fijaba la mudanza para 2012. Pero el plan quedó paralizado por las derrotas de la candidatura olímpica.

20.000 asientos más que el Calderón
El Atlético se comprometió finalmente a comprar la parcela municipal, de 88.150 metros cuadrados y tasada en 41,2 millones de euros, y a construir sobre ella un nuevo estadio de 73.000 asientos (20.000 más que el Calderón) valorado en 195 millones (IVA excluido).  Si la Alcaldía no realizaba el cambio urbanístico y la venta no se realizaba, el Atlético podía elegir entre recibir una indemnización que, entre otros gastos, incluyera el coste del nuevo estadio o bien quedarse de alquiler durante 75 años a un precio de 1,6 millones anuales (actualizado según el IPC).