EH Bildu se ha consagrado a lo largo de este periodo de sesiones como uno de los socios más sólidos del Gobierno de coalición. Formaba parte de aquel grupo denominado bloque de la moción de censura, formaciones que se sintonizaron para expulsar a Mariano Rajoy de Moncloa. Después, fue un importante activo en el bloque de investidura que facilitó el primer Ejecutivo de coalición de la historia de la democracia española, con PSOE y Unidas Podemos. Desde entonces, la izquierda abertzale ha estado presente en la práctica totalidad de las leyes progresistas aprobadas por el Ejecutivo. Los socialistas tenían reservas a negociar con el independentismo vasco por los reproches de una iracunda derecha política y mediática, pero sus pasos desmarcándose de la violencia de ETA y las negociaciones parlamentarias han robustecido una relación que, a día de hoy, es una de las más estables del hemiciclo.

Moncloa cuenta con una terna de grupos parlamentarios con los que coopera casi a diario. Más País, Compromís… Pero hay tres miembros destacados en la lista por la corpulencia de sus bancadas: Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que atesora 13 escaños; PNV, que tiene seis; y EH Bildu, con cinco. Por razones de aritmética, el más destacado es Esquerra, pero Pegasus mermó el vínculo. El espionaje masivo a más de 60 líderes independentistas provocó un choque frontal que puso en riesgo el primer decreto anticrisis con el que Pedro Sánchez pretendía aplacar las consecuencias económicas derivadas de la guerra de Ucrania.

La votación fue extremadamente ajustada. De hecho, no hubiera sido posible sin el voto favorable de los cinco asientos de Bildu en el hemiciclo, ya que Moncloa sumó 175 síes (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, PRC, Nueva Canarias y Teruel Existe). La izquierda abertzale mantiene una estrecha colaboración en el Congreso con Esquerra. Diseñan, de hecho, acciones conjuntas. En la reforma laboral, por ejemplo, ambos votaron en contra. No así en esta ocasión. Bildu se desmarcó de ERC y votó a favor. En su primera entrevista tras salvar el decreto anticrisis, concedida a ElPlural.com, Merxte Aizpurua, portavoz parlamentaria, justificó tienen un gran sentido de la responsabilidad. “No estamos aquí para salvar a España, pero sí tenemos un gran sentido de la responsabilidad”, dijo.

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Pegasus había atizado también a Bildu, pero en su caso, primaron las medidas sociales a los roces partidistas. No eran ajenos al daño sufrido, tanto en sus propias carnes como en las de sus compañeros de Esquerra, pero votaron “con responsabilidad”: “Lo hicimos por responsabilidad social con el mandato que traemos nosotros y nosotras a esta Cámara, porque, en definitiva, si venimos aquí es para conseguir mejorar las condiciones de vida de las vascas y vascos en un primer plano -si se quiere-, pero en consecuencia también las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras del Estado español. En todos nuestros posicionamientos esta es una de las de las líneas de acción que tenemos”.

El decreto anticrisis no es el único ejemplo, ni el último, que demuestra la fortaleza de la relación parlamentaria. La ley de Memoria Democrática había encallado y Pegasus no era el único factor determinante. PSOE y Unidas Podemos no conseguían afianzar el voto de ERC. Los republicanos catalanes exigían la reparación material de las víctimas del franquismo, así como la derogación de la ley de Amnistía del año 1977. Los socialistas no estaban por la labor y el articulado se guardó en el cajón hasta septiembre. Sin embargo, el descalabro electoral en Andalucía la reactivó y fue aprobada el pasado 14 de julio durante el Debate sobre el Estado de la Nación. ERC se movió a la abstención y, una vez más, fue Bildu la que salvó la ley de Memoria. Prestaron su sí a cambio de que se incluyera la posibilidad de investigar violaciones de derechos humanos hasta 1983, incluyendo el periodo de los GAL.

Las derechas entraron en cólera, denunciando que el PSOE le había dado la pluma de la memoria histórica a los “herederos de ETA”. Tuvo que salir el exlehendakari y nuevo portavoz parlamentario, Patxi López, a censurar la utilización que PP, Ciudadanos y Vox hacen de las víctimas de la banda terrorista.

En las próximas semanas comenzarán a diseñarse las líneas maestras de los Presupuestos 2023 y Moncloa cuenta con EH Bildu como una de las fuerzas que respaldarán las cuentas. No lo harán gratis, pero los precedentes son halagüeños.