Los Presupuestos Generales del Estado 2022 acordados por los socios de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, deberán recibir la luz verde del Congreso de los Diputados para materializarse. Socialistas y morados tienen ahora ante sí la ardua tarea de articular una mayoría parlamentaria cualificada, teniendo claro su público objetivo. El Ejecutivo pretende estabilizar la legislatura tras la pandemia de Covid-19 engrasando la relación con los partidos que ya aprobaron sus cuentas en 2021: Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu, Compromís, Más País, PDeCat, PNV, Nueva Canarias, PRC y Teruel Existe. La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya ha dado el primer paso en esta dirección, tendiendo la mano al independentismo catalán y vasco.

En una entrevista en La hora de la 1, Belarra ha sostenido que compromisos arrancados por Podemos a PSOE tales como la nueva ley de vivienda o el incremento del impuesto de sociedades al 15% acercan el voto tanto de ERC como de EH Bildu. A su juicio, ambas iniciativas asuntos ponen “más fácil”que pueda "haber números" para sacar adelante los PGE.

Los socios del Gobierno, sin embargo, se empeñan en enfriar las cuentas y garantizan al Ejecutivo que deberán sudar la camiseta si quieren el apoyo de sus bancadas. De hecho, el diputado y portavoz del Grupo Republicano, Gabriel Rufián, advirtió el pasado martes tras trascender el pacto entre socialistas y morados que “nadie cuente por lo menos con el voto de ERC”, censurando que ambas formaciones acostumbran a plantear “negociaciones exprés de 24 horas”. Belarra ha respondido asegurando que UP no trata a ERC como "el hermanos pequeño”: "En absoluto, si hay alguien que tiene un enorme respeto por la mayoría que sostiene al Gobierno y se esfuerza por cuidarla permanente es Unidas Podemos”.

ElPlural.com adelantó el pasado miércoles que Esquerra estaba preparado un listado de enmiendas “de todo el territorio” y se las trasladará al Gobierno en torno al 15 de octubre. En dicha terna no figurará referencia alguna a la mesa de diálogo. Esta información fue confirmada el jueves por el propio Rufián, quien insistió una vez más que su voto tendrá un coste.

Con sus declaraciones, Belarra espera apaciguar las aguas para que la negociación sea distendida, fructífera y eficaz.