Lo que en su día fue un centro de tortura para los represaliados durante la dictadura de Francisco Franco en la sede de la Dirección General de Seguridad del régimen, no podrá ser reconocido como tal. Nino Olmedo, periodista que en su día estuvo detenido por el régimen de Franco, presentó el lunes una petición para que se colocara en la fachada de la actual Consejería de la Presidencia una placa conmemorativa que contribuya a la memoria histórica del país. La respuesta que obtuvo fue clara: “Sobre las placas que hay instaladas, o que se puedan instalar, en este momento hay tres, y son las únicas que habrá porque unen y no dividen”.

Así, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha rechazado una propuesta que en su día también fue planteada por algunos partidos de la oposición, entre ellos PSOE, Más Madrid y Sumar. Este último registró a finales de marzo una Proposición No de Ley (PNL) para que lo que hoy es la sede del gobierno autonómico sea considerado un lugar de Memoria Histórica. Por su parte, desde la formación socialista también presentaron otra PNL con la que solicitaban colocar una placa para “recordar a personas detenidas ilegalmente, maltratadas y torturadas durante la dictadura franquista”. Unas iniciativas que fueron apoyadas por el partido de Mónica García, que en su programa electoral ya incluía reformar la Real Casa de Correos y el 3 de marzo solicitó adecuar los calabozos allí existentes para honrar la memoria de los represaliados por la dictadura franquista y recordar lo que allí se llevaba a cabo. La portavoz de la formación, Manuela Bergerot, ha señalado que “Madrid y España, como sociedades democráticas que son, merecen conocer su pasado para mirarse críticamente, para garantizar el derecho a la memoria, no es una cuestión ideológica, sino de cultura democrática”. Esto último ya fue propuesto en 2016 por Podemos, con el objetivo de que se pudieran visitar los calabozos, algo que fue rechazado por la Asamblea de Madrid. 

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En la misma línea, Olmedo insiste en que “esto no es una cuestión ideológica, ni de confrontación política, no es algo de derechas ni de izquierdas. Se trata de ponerle al edificio el nombre de lo que fue. Era un centro de detención y tortura, ahí estuve yo detenido varias veces, como otras 200.000 personas. Solo pido el reconocimiento de la memoria: que cuando no quedemos ninguno de los que lo vivimos, no se olvide”.

Tres únicas placas

Sin embargo, a pesar de los constantes intentos por preservar la memoria del país y guardar recuerdo a aquellos que murieron siendo víctimas del régimen, desde el gobierno de la Comunidad de Madrid, liderado por Isabel Díaz Ayuso, han declinado todas y cada una de las propuestas. El portavoz del gobierno, Miguel Ángel García Martín, avanzó en una comparecencia posterior al Consejo de Gobierno este miércoles que no se van a llevar a cabo ninguna de las propuestas planteadas. “Por dejar esta cuestión zanjada, o eso espero, puedo decir que la sede del gobierno es la sede de la presidencia y es por tanto la casa de todos los madrileños, y que ese es el único uso que tiene y que tendrá”. Además, hizo referencia a los anteriores usos que ha tenido el edificio, como el Ministerio de la gobernación durante la Segunda República, “cuanto también se persiguió por sus ideas a muchos madrileños”.

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En la misma línea, la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha compartido a través de su cuenta de Twitter las tres placas que ahora se erigen sobre la fachada del histórico edificio señalando que serán “las únicas placas que habrá en la Real Casa de Correos”: una en recuerdo a los héroes del Dos de mayo, otra por las víctimas del 11M y quienes las auxiliaron, y otra más reciente en memoria de las víctimas de la Covid-19.