Adiós a El cilindro, como se conoce al monumento en reconocimiento de las víctimas de los atentados del 11 de marzo situado en la estación de Atocha. La Comunidad de Madrid tiene previsto tirar este gran elemento de vidrio a partir del mes de agosto pero ha sido este martes cuando ha comunicado su intención de crear una mesa de trabajo junto a las familias afectadas para decidir qué hacer con las piezas de este así como para buscar una alternativa. Y es que las obras del Metro de Madrid que está planteando el gobierno de Isabel Díaz Ayuso para ampliar la línea 11 también se va a llevar por delante este mausoleo, puesto en pie tras los atentados yihadistas del año 2004. 

Ayuso desmonta el monumento del 11-M

Tal y como ha anunciado la administración regional ante los medios de comunicación, el gobierno madrileño va a desmontar el monolito de cristal en memoria de las víctimas del 11-M como parte de las obras de remodelación del Metro de Madrid. El cilindro, como se bautizó tras el atentado de marzo del año 2004, se construyó en reconocimiento de las 193 personas que murieron y las dos mil que resultaron heridas por el ataque acometido por bandas yihadistas en cuatro trenes de Cercanías de la Comunidad de Madrid. Este pesa cerca de 160 toneladas y ocupa actualmente una superficie de 440 metros cuadrados en la parte inferior, que baja hasta la estación de Atocha, una de las más transitadas de la red regional.

Así, este martes el recién nombrado consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, ha mantenido una reunión con las nueve asociaciones de víctimas de estos atentados con la intención de comunicarles el proyecto de remodelación e impulsar una mesa de trabajo para que tanto los afectados como las familias decidan qué hacer con las piezas de vidrio tras su retirada así como qué tipo de monumento lo sustituirá. Y es que la idea es permutar el existente por uno nuevo, que cuadruplicará el espacio hasta los 1.993 metros cuadrados y acogerá también el nuevo vestíbulo de la estación. Este tendrá un espacio de 166 metros cuadrados separado por una pared de cristal mientras en el resto habrá referencias a los atentados en función de las ideas propuestas por las víctimas en las reuniones con la consejería.

"Máximo respeto a las víctimas"

Según los tiempos que maneja el equipo de Ayuso, las obras comenzarán en la segunda quincena de agosto y tendrán una "duración estimada de un mes", tal y como señalan en la documentación elaborada por Transportes, mientras la Comunidad de Madrid prevé que en septiembre se pueda a empezar a celebrar la primera reunión de la mesa de trabajo con las familias. La primera parte será desmontar la zona inferior del cilindro, un espacio de memoria donde se encuentran todos los nombres de las víctimas grabados con láser. Tras esto, la Administración madrileña tiene previsto acometer las obras para retirar la parte superior del monumento, que es la que se ve desde la calle. Ya será el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida el encargado de instalar la nueva forma exterior.

"La intervención en la parte exterior -es decir, el propio cilindro- se iniciará dos meses después de obtener el permiso del Ayuntamiento de Madrid, ya que antes de iniciar estos trabajos es necesario instalar el andamiaje y preparar el material necesario", se afirma en el texto. La consejería ha explicado que el desmontaje se hará con el "máximo respeto" a la vez que el nuevo proyecto del gobierno regional busca  "dar más dignidad a ese espacio" ya que en su forma actual muchos ciudadanos "ni lo conocen", ha sostenido Rodrigo. Según sus palabras, el objetivo es otorgarle una darle mayor presencia y que la ciudadanía tome conciencia del que ha sido el atentado más grave de la historia en nuestro país.

Las fechas elegidas para desmontar este monumento e iniciar los trabajos en la esperada línea 11 coincide en el tiempo con el corte por las obras de la Línea 1 de Metro, que afectará al tramo sur entre las estaciones de Sol y Valdecarros pasando por Atocha. Ya las primeras reforman han generado un caos en la región y ha afectado a miles de madrileños, especialmente a los residentes en Vallecas. Sobre plano, está previsto que la nueva vía tenga un trazado de más de 33 kilómetros y conecte siete intercambiadores hasta llegar incluso hasta el Aeropuerto Adolfo Suárez. Además, el plan incluye la creación de nuevas paradas en otras zonas, como Conde de Casal, Valdebebas, Cuatro Vientos o Vinateros.