Isabel Díaz Ayuso ha comparecido ante los medios de comunicación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, celebrado de manera extraordinaria en Leganés. La jefa del Ejecutivo regional se ha abonado a la teoría de la conspiración para repeler el cerco judicial contra su pareja, un nuevo escándalo de su entorno que le salpica. Dando lecciones de periodismo e instando a los medios a preguntar en Moncloa, deslizando que todo parte de un juego sucio que le atribuye a Sánchez para “destruirme”, Ayuso ha exigido que se investiguen sólo las filtraciones que afecten al Partido Popular.

Las informaciones sobre Francina Armengol, Ángel Víctor Torres o Salvador Illa, sí. Las que salpican al Partido Popular o a la presidenta de la Comunidad de Madrid, no. Esa es la estrategia que los conservadores han desplegado desde que aparecieran las primeras informaciones sobre el novio de Ayuso, quien ha atribuido estas “filtraciones” a una suerte de conspiración promovida desde Moncloa con la cooperación de sus “medios afines”.

Ayuso ha aprovechado para abanderar el periodismo limpio, mientras da la espalda a las “filtraciones” que aparecen sobre destacados miembros del Partido Socialista. De hecho, ha deslizado que se trata de una “persecución política escandalosa donde todo huele a turbio”, como también lo fue el inicio de la “inspección” y el desarrollo de las “filtraciones”. La presidenta regional se ha aferrado al hecho de que “todos los medios afines al Gobierno salieron en tromba a la misma hora, con los mismos argumentos y de manera orquestada”.

Teoría conspiranoica

En este sentido, también ha apuntado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a quien acusaba de “soltar por los pasillos” que pisaba y “allá donde tenía ocasión” todos los datos personales de “este particular” que ni siquiera “el propio afectado conocía”. “Un ciudadano normal está siendo asediado por todo el Estado… ¿Se hablaría de ello si no fuera mi pareja?”, se ha preguntado la jefa del Ejecutivo regional.

Sin abandonar el tratamiento de la también vicepresidenta primera del Gobierno, Ayuso ha precisado que, al contrario de lo que sostiene Montero, vive en un piso que no es suyo y tampoco su valor asciende a “un millón de euros”. “Está hipotecado, registrado mediante notario… Está legal todo. No está comprado, como hacen tantos políticos socialistas, con billetes en rulos”, ha matizado.

Por ello, a diferencia de “tantos políticos” españoles, ha justificado que a ella los ciudadanos no le pagan “la vivienda, ni la peluquería” ni como a Pedro Sánchez “los transportes, el jardinero, la limpieza o todo lo que a él y a su familia le pagan, así como a otros tantos ministros”. En este sentido, ha abundado en que el presidente del Gobierno se sienta sobre la “corrupción política y económica”. Ayuso cree que, a pesar de que pidan “mil veces” su dimisión, el caso Koldo “no lo podrán tapar”.

Ayuso, que ha recordado que Sánchez aprobará el jueves la “ley más corrupta de la democracia”, ha urgido al presidente del Gobierno a reclamar su acta de diputada a Francina Armengol y al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. “Ambos han pedido mi dimisión, imagino que para intentar tapar este escándalo”, ha apostillado. Así, la presidenta madrileña ha reprochado a su vez que mantenga en su puesto a un Salvador Illa “cada vez más sospechoso de haber repartido millones de euros sin justificación”. Por ello, ha aconsejado a Sánchez que ”se relaje”, al tiempo que le recomienda “unas vacaciones en República Dominicana, que hay vuelo directo”.

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