El pasado 27 de mayo falleció en Madrid la abogada y escritora María Elisa Maseda de Arango/Elisa Lamas, madre de siete hijos y abuela de 21 nietos. Quienes la conocimos en aquellos años siniestros de la dictadura franquista, quienes leímos sus artículos y sus reflexiones, quienes no olvidamos la firme apuesta por la democracia de ella y de su marido, queremos ahora -desde ELPLURAL.COM- recordarla y compartir con su familia el dolor por su muerte.

Elisa Lamas y su marido, Manuel Jiménez de Parga, expresidente del Tribunal Constitucional.



La Roja
Con frecuencia, Jiménez de Parga, ilustre jurista, expresidente del Tribunal Constitucional, comenta que “según algunos amigos ella era más radical que yo”. Y precisa que “cuando aparecía un artículo mío de crítica dura a la situación se comentaba que probablemente me lo había escrito mi mujer. Era conocida entre esos amigos como Elisa la Roja”.  El Juzgado de Orden Público –como prueba la noticia citada- persiguió a Elisa.  El régimen no soportaba la libertad de expresión. Ni ninguna libertad civil. El Tribunal de Orden Público, el funesto TOP,   resolvía  los recursos contra las sanciones impuestas por el Ministerio de Información contra periódicos y revistas.

Carlos, “cura obrero”
Precisamente en el TOP,  Carlos, cuñado de Elisa Carlos, “cura obrero” en Vallecas, compareció ante la justicia injusta de ese Tribunal, acusado de dar cobijo en su iglesia a unos sindicalistas ilegales. Le acompañaron Manuel y Elisa en el juicio, la cual espetó al presidente del juicio estas palabras: “Ustedes pueden condenar a mi cuñado o absolverlo. Espero la sentencia. Pero lo que no aguanto ni un minuto más es quedarme parada ante esta mesa presidida por un crucifijo. Soy católica practicante y no tolero que un crucifijo se utilice en este tipo de juicios. ¡Así que me lo llevo!” Y se lo llevó.

Las libertades secuestradas
La transición no fue un hermoso regalo de los dioses. La democracia se consiguió porque millones de ciudadanos y ciudadanas lucharon - cada cual de la manera que quiso y que pudo- para recuperar las libertades secuestradas por la fuerza de las armas y para hacer mejor este país en todos los sentidos posibles, aunque en la actualidad la crisis esté siendo cada día que pasa más temible. Adiós, Elisa, querida amiga. Un gran abrazo para ti, Manuel, y para tus hijos y tus nietos. Seguiremos defendiendo la democracia y la libertad.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM