El nombre de Ángel Carromero ha vuelto a las primeras líneas de la política debido a la guerra de liderazgo que se está viviendo en el Partido Popular de Madrid. Actual asesor del alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, y muy cercano al presidente nacional, Pablo Casado, muchas voces apuntan a que es el responsable de los movimientos que está llevando a cabo Génova para intentar frenar la intención de Isabel Díaz Ayuso de ocupar la presidencia regional del partido, que está en manos de una gestora desde hace cinco años.

Una lucha interna que tanto Almeida como la lideresa intentan negar de todas las formas posibles, incluso se les ha visto comiendo juntos esta semana para evitar ''una guerra civil'' entre los populares. Sin embargo, el PP madrileño da por hecho que Carromero está ''conspirando'' contra Ayuso como parte de la estrategia del equipo nacional. Una de las maniobras habría sido un supuesto encuentro de este con David Pérez, consejero de Transportes e Infraestructuras del Gobierno de la presidenta regional.

El que fuera la mano derecha de Casado en las Nuevas Generaciones sería así una suerte de mano negra que se escondería también bajo el calificativo de ''niñatos y chiquilicuatres'' que hay dentro de la formación. Eso se extrae al menos de las palabras que lanzó hace un mes la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, quien criticó a aquellos que boicotean a la lideresa. Cabe destacar que este fue asesor de la propia Aguirre durante su etapa al frente del partido.

Carromero, Casado y Aguirre

En la imagen: Aguirre, Aznar, Casado y Carromero

Un pasado oscuro

Carromero es desde septiembre de 2019 director general de la Coordinación de la Alcaldía y vicesecretario electoral del PP de Madrid. Sin embargo, es uno de los rostros que prefiere moverse en las sombras. Sobre todo desde lo ocurrido en Cuba en verano de 2012, cuando se estrelló contra un árbol con su vehículo, lo que provocó la muerte de dos de los archiconocidos disidentes cubanos del régimen de Fidel Castro: Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante.

Fue condenado a cuatro años de prisión acusado de un homicidio imprudente, aunque él siempre sostuvo que ''no fue un accidente, sino una colisión''. Después de seis meses en la cárcel de Bayamo, el país caribeño le permitió terminar su condena en España, donde pasó tres años en régimen de tercer grado e ingresando en un centro de reinserción donde solo tenía que ir a dormir de lunes a jueves. 

Según informaciones publicadas entonces, el asesor de Almeida no tenía puntos en su carnet de conducir en nuestro país en el momento en el que se produjo el siniestro y había acumulado hasta 42 multas de tráfico desde el año 2009, de las que tres fueron exceso de velocidad. Tanto Aguirre como Casado le defendieron.

Las polémicas no se quedan ahí. Y es que antes de este episodio, Carromero vio peligrar su permanencia en Nuevas Generaciones tras una serie de irregularidades graves durante su etapa como presidente de esta organización en el distrito madrileño de Salamanca. Fue acusado de falsificar hasta 50 cambios de afiliación para manipular el censo e influir en las elecciones locales del partido. Finalmente, el expediente de expulsión no se llevó a cabo por órdenes de la cúpula. 

Ya en 2018 no pudo presentarse como compromisario después de que un afiliado denunciara que no cumplía con los requisitos de edad al tener 32 años. ‘'Aquellos afiliados mayores de 30 años que sigan conservando su pertenencia a NNGG por ostentar algún cargo orgánico en dicha organización participarán como miembros del Partido Popular, no de NNGG'”, recoge su regulación, por lo que quedó impugnado.