César Zafra, número dos de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, ha sido el encargado de contestar a la prensa en los minutos previos a que arrancara la jornada inaugural de la Sesión de Investidura de Isabel Díaz Ayuso. Sabedor de las sombras de corrupción que salpican a la candidata, ha prometido "tolerancia cero" y una gestión implacable frente a cualquier imputación. Así las cosas, los naranjas ya preparan su plan B por si finalmente la popular fuese señalada por la justicia. "No permitiremos que haya nadie imputado en el Gobierno", ha advertido.

Muchos fueron los que pidieron a los de Rivera que dieran un paso atrás en su apoyo a los azules, que han convertido Madrid en un auténtico feudo tras 24 años de gobierno ininterrumpido. Haciendo caso omiso a las recomendaciones, los diputados naranjas votarán a favor de la investidura de su homóloga. Sin embargo, la estrategia de Ignacio Aguado y los suyos puede variar en función del avance de las investigaciones que rodean a la candidata popular. De producirse una imputación, el código ético de Ciudadanos y sus propios estatutos obligan a la marca a solicitar la dimisión inmediata de la dirigente.

Aguado, vicepresidente de la Comunidad en cuanto se consumen los equipos de Gobierno, pasaría así al frente de la Comunidad, haciendo que el poder madrileño cambie de signo y Ciudadanos consiga obtener el poder de la región con más presupuesto y poder de la región.

La izquierda también ha puesto en cuarentena la idoneidad de Ayuso como regidora autonómica. Íñigo Errejón, a su salida del Parlamento madrileño, ha calificado su intervención como "un discurso desganado y casi deshilachado para un gobierno que nace bajo la sombra de Vox y las presuntas irregularidades". 

Mientras tanto, Rocío Monasterio ha protegido a la futura presidenta y ha especificado ante la opinión pública que todo es "una estrategia de la izquierda rabiosa".

A 24 horas de que se produzca la votación definitiva, Ayuso, dos meses y medio después de las elecciones y tras muchas reuniones fallidas entre los tres socios necesarios, ha sido capaz de aunar las aspiraciones particulares en un programa común.

Sin embargo, la presunta implicación en Púnica, el legado de sus predecesoras y su apego personal tiempo atrás, el lavado de imagen realizado a Aguirre, Cifuentes y González, además del supuesto alzamiento de bienes cometido tras aceptar la donación de un piso de sus padres para evitar el embargo familiar, siguen pesando a una candidata que ha evitado pronunciarse al respecto en su discurso inaugural.