Primero hay que situarse una semana atrás, cuando un mundo abducido por el muy anglosajón Halloween se enfrentaba a uno de los extraños disfrutes del año, extraer del miedo placer y diversión. En ese momento los españoles ya cruzábamos los dedos de puro pánico ante lo que se nos venía encima: un nuevo gobierno presidido por Mariano Rajoy.

Ahora ya está aquí. Los monstruos acaban de jurar sus cargos y a los escépticos no nos queda más remedio que intentar aprender de quienes consiguen disfrutar del terror artificial esparcido durante la víspera de la fiesta de Todos los Santos. Pero, también, buscar una explicación a ese fenómeno: