El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Pere Aragonès tienen una conversación pendiente, según el president de la Generalitat de Catalunya. Una cita que espera agendar “en los próximos días”, pero no será hoy. El día en que el líder independentista se ha acercado a Madrid para reunirse en el Congreso de los Diputados con las fuerzas afectadas por el espionaje con Pegasus y con Unidas Podemos, el presidente del Gobierno estará a unos 3.000 kilómetros al este, en Kiev.

Moncloa anunció hace unos días que Sánchez se desplazaría a Ucrania para reunirse con su homólogo, Volodimir Zelenski, como gesto de apoyo y solidaridad de España ante la invasión rusa. El líder del Ejecutivo ha viajado en tren en un traslado que ha durado en torno a 10 horas, acompañado por la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.

Y mientras el líder del Ejecutivo ponía rumbo a Kiev, Aragonès hacía lo propio en dirección contraria, hacia la capital. Sánchez salía, él entraba. A las 11:30 horas tenía agendada una reunión en la Cámara Baja con representantes de ERC, Junts, PDeCAT, CUP y EH Bildu, todos ellos afectados por el presunto espionaje. Después, a las 12:30 se ha reunido con el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, y el portavoz de la formación, Pablo Echenique. Luego, con el portavoz del PNV en la Cámara Baja, Aitor Esteban, y posteriormente comparecerá ante los medios de comunicación a las puertas del Congreso.

Una cita importante y tres condiciones

Aragonès ha confesado que se ha mensajeado con Sánchez y le ha trasladado la imperiosa necesidad de abordar el asunto en una reunión al más alto nivel: “El asunto es lo suficientemente grave como para abordarlo desde las máximas responsabilidades. Espero que el encuentro sea en los próximos días”.

El dirigente independentista ha exigido tres condiciones para recuperar la confianza mutua. Solicita, en primer lugar, una investigación interna con supervisión independiente que evalúe al Gobierno, al CNI y, si fuera necesario, a Interior. Urge también la creación de una comisión en el Congreso que ya ha sido registrada conjuntamente por ERC, Junts, CUP, BNG, PNV, PDeCat, Más País, Compromís e incluso Unidas Podemos. Por último, exige depurar responsabilidades, lo que, “evidentemente”, incluye “dimisiones”.

Aragonés ha esgrimido que la investigación ha de dilucidar “quién” ha espiado, puesto que se trata de “un software que solo puede ser adquirido por organismos estatales”; “por qué, qué datos se han utilizado y con qué autorización”. “No estamos diciendo que sea el Gobierno. Activar ese software [Pegasus] no es barato, se han autorizado recursos económicos y humanos. ¿Qué Estado puede estar interesado en espiar a más de 60 personas vinculadas al movimiento independentista? Apunta a España. Sabemos que el CNI adquirió este software. Es imprescindible que haya todas las explicaciones”, ha precisado.

A su juicio, es vital aclarar si los servicios de inteligencia contaban con una orden judicial que estuviera motivada. “¿Por qué se me espía? Estaba [en aquel momento] negociando la investidura de Sánchez. ¿Esto es indicio de actividad criminal? ¿Ser independentista es delito? ¿Es indicidio suficiente para que invadan tu privacidad?”, se ha preguntado; censurando que “en mi teléfono móvil también tengo datos personales, fotos de mi familia, la aplicación de la guardería de mi hija, apps bancarias, chats de mi entorno… Toda esta gente se ha visto expuesta”.