“Por supuesto, me he equivocado y por eso me arrepiento. Pido perdón”. Estas han sido las palabras con las que el que fuera alcalde de Marbella hasta estallar el caso Malaya, Julián Muñoz, se ha disculpado tras ser cazado en una noche de bailes, sevillanas y diversión. Una noche que ha acabado con él de nuevo en prisión.

Hay que recordar que, tras múltiples condenas por corrupción, Muñoz, de 69 años, consiguió el tercer grado y posteriormente la libertad con pulsera telemática por sufrir una grave patología coronaria que apenas le dejaba respirar y que, según los informes médicos aportados por su defensa, le daba una esperanza de vida que oscilaban entre el año y los cinco años.

Pero Muñoz fue grabado bailando felizmente junto a unos amigos en un local nocturno de Calahonda (cerca de Marbella) y estalló la polémica. La imagen cambiaba mucho. De uncuerpo y rostro visiblemente desmejorado cuando abandonó la prisión, a la imagen de un hombre divirtiéndose y con mejor salud.

Tras analizar el vídeo, Instituciones Penitenciarias anunciaron el reingreso de Julián Muñoz en el Centro de Inserción Social (CIS) Manuel Montesinos de Algeciras y que pasaría las de nuevo las noches en un centro penitenciario.

Ese día ya ha llegado y ha comenzado a cumplir lo que le queda de pena bajo régimen de tercer grado en el Centro de Inserción Social (CIS) de Algeciras. Realmente volvió el pasado 29 de enero, pero ha disfrutado hasta este 12 de febrero de un permiso especial.

Arrepentido, pero sin reconocer nada

Aunque se ha mostrado arrepentido porque esas imágenes se hicieran públicas, Muñoz ha querido dejar claro que, en su opinión, no ha incurrido en ninguna irregularidad.

Es más, ha adelantado que su abogado está trabajando para recopilar informes médicos en los que se demuestra que su estado de salud sigue siendo muy delicado. Con ellos, presentará un recurso ante la Audiencia Nacional para que se revoque la decisión de su reingreso en prisión.