El músico madrileño acaba de firmar una actuación histórica para NPR que lo sitúa en la misma liga que C. Tangana o Ca7riel. En cinco canciones, sin artificios, Rusowsky ha emocionado al mundo entero. Aquí te contamos por qué este concierto puede cambiarlo todo.

¿Qué es Tiny Desk y por qué importa tanto?

Tiny Desk es un formato de conciertos acústicos creado por la emisora pública estadounidense NPR (National Public Radio). Se graba en una pequeña oficina —literalmente, sobre un escritorio— y obliga a los artistas a prescindir de efectos, escenografías y producciones excesivas. Solo hay espacio para lo esencial: instrumentos reales, interpretación en vivo y cercanía.

Desde su lanzamiento en 2008, se ha convertido en una vitrina de prestigio global, acogiendo a nombres de la talla de Bad Bunny, Sabrina Carpenter, Doechii o C. Tangana. Para los artistas emergentes, aparecer en Tiny Desk representa un trampolín internacional y un sello de autenticidad. En el caso de Rusowsky, su participación no solo refuerza su proyección fuera de España, sino que demuestra que su propuesta íntima y experimental resuena en el panorama global.

Rusowsky emociona en Tiny Desk

El bedroom pop español acaba de marcar un nuevo hito. El protagonista es Rusowsky, el artista madrileño de raíces bielorrusas que ha conquistado el exigente formato Tiny Desk de la emisora pública estadounidense NPR. Un espacio que ya catapultó a figuras como C. Tangana, Ca7riel & Paco Amoroso o incluso Ed Sheeran, y que ahora le abre las puertas del reconocimiento internacional a uno de los talentos más singulares del panorama musical español.

El set, grabado en Washington, incluye cinco canciones donde Rusowsky despliega todas sus cartas sin esconderse detrás de efectos ni artificios. Cuatro temas pertenecen a su primer álbum, DAISYJohnny Glamour, SOPHIA, malibU y (ecco)—, mientras que Dolores, uno de sus primeros singles, sirve como broche final. Desde el primer minuto, la propuesta llama la atención: un coro reinterpretando el mítico Aserejé de Las Ketchup introduce al espectador en un universo donde la ironía, la nostalgia y la sensibilidad conviven en perfecta armonía.

Le acompañan músicos como Omar Alcaide, Juan Arance, Drummie y Xoan Domínguez, que logran convertir una oficina en un escenario íntimo y vibrante. Aquí no hay trampa ni cartón: la emoción surge del talento crudo, del temblor en la voz y del riesgo de mostrarse vulnerable.

Entre tema y tema, Rusowsky se muestra tímido, pero su lenguaje musical es poderosísimo. Toca el piano, el bajo y canta sin filtros, demostrando que no necesita capas de producción para conmover. En un mundo saturado de autotune, la honestidad con la que se entrega al público se agradece. Su interpretación de malibU arranca suspiros, mientras que Dolores cierra el set en tono de celebración, convirtiendo la oficina de NPR en una fiesta íntima, casi doméstica.

Este paso por Tiny Desk no es solo una muesca más en su carrera: es un antes y un después. Las reacciones no se han hecho esperar. Ed Maverick ha comentado el vídeo con un simple “<3”, y fans de todo el mundo han inundado las redes con elogios. El impacto se siente ya en las plataformas: las reproducciones de sus canciones han aumentado significativamente y el interés por su directo ha estallado.

Y es que el siguiente gran paso de Rusowsky está ya en el horizonte: el 25 de septiembre presentará DAISY en el Movistar Arena de Madrid, su concierto más ambicioso hasta la fecha. Las entradas volaron en pocos días, obligando a ampliar el aforo ante la altísima demanda. Una muestra más de que su propuesta, aunque alternativa, tiene ya un público masivo y fiel.

Desde que irrumpió en 2019 con So, So, Rusowsky no ha parado de crecer. Colaboraciones con C. Tangana, Dellafuente o Latin Mafia, sold outs en salas como La Riviera o Apolo, y presencia en festivales como BBK Live o Lollapalooza consolidan un camino sólido, sin prisas, pero sin pausa. A través de su sello Rusia-IDK, ha construido un pequeño ecosistema creativo donde emergen talentos como Ralphie Choo o Claudio Montana.

Su Tiny Desk no solo confirma su madurez como artista: lo retrata como uno de los nombres clave del pop español del futuro. En un formato que premia la autenticidad, Rusowsky no solo cumple, sino que deslumbra. ¿El siguiente paso? Probablemente, el mundo entero.

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