Choque de calendarios en Barcelona: mientras Post Malone aterriza con su Big Ass World Tour para su única fecha en España, el FC Barcelona no obtiene a tiempo la licencia para reabrir parcialmente el Camp Nou y, con Montjuïc ocupado por el montaje del show, traslada a última hora su estreno liguero como local ante el Valencia al coqueto —y pequeño— Estadi Johan Cruyff. LaLiga autoriza la mudanza pese a no cumplirse el mínimo de aforo, y el club promete información específica para los socios que accedan a una de las escasas 6.000 localidades.

Montjuïc vuelve a demostrar que es mucho más que un estadio de fútbol. El Estadi Olímpic Lluís Companys acoge este viernes 12 de septiembre el concierto de Post Malone, única fecha del artista en España dentro de su gira europea, y ese “block” del calendario ha tenido un efecto dominó sobre el Barça. Con el Spotify Camp Nou aún pendiente de permisos administrativos para su reapertura parcial, el club confirmó que el partido de la Jornada 4 de LaLiga frente al Valencia (domingo 14, 21.00 horas) se disputará en el Estadi Johan Cruyff, en la Ciudad Deportiva.

El movimiento, anunciado apenas cinco días antes del encuentro, es una solución de emergencia que combina dos hechos: por un lado, los retrasos en la obtención del “certificado de fin de fase 1A” y demás permisos necesarios para recibir público en el Camp Nou; por otro, que Montjuïc estaba comprometido para un concierto masivo —en este caso, el de Post Malone— y, por tanto, fuera de juego para el Barça ese fin de semana. 

Un Montjuïc de estadio… y de escenario

Que el Olímpic sea hoy un espacio multiusos forma parte de la normalidad cultural de la ciudad. Live Nation y el propio recinto promocionaron desde febrero la parada barcelonesa de la gira “Post Malone Presents: The BIG ASS World Tour”, con Jelly Roll como artista invitado, y venta en canales oficiales. La web del Estadi Olímpic, la del propio Post Malone y las páginas de ticketing sitúan con precisión la cita: viernes 12 de septiembre a las 21.00. Para Barcelona, es un caramelo cultural —única noche en España— y también un recordatorio de que el calendario de los macroconciertos manda tanto como el fútbol.

En lo musical, el show se apoya en su etapa country de F-1 Trillion (2024) —con éxitos como I Had Some Help (con Morgan Wallen) y Pour Me a Drink (con Blake Shelton)—, pero sin olvidar los himnos pop-rap que lo hicieron masivo: Circles, Rockstar, Sunflower, Psycho o Congratulations. Las paradas europeas de esta semana (París y Arnhem) han incluido mezclas de esos hits con cortes nuevos como Texas Tea y el dueto Losers con Jelly Roll.

Un “home” de 6.000 asientos y permiso especial

La mudanza al Johan Cruyff abre otro melón: el reglamento de LaLiga exige un mínimo de 8.000 localidades para un partido oficial. Sin embargo, el campeonato contempla excepciones por razones arquitectónicas, técnicas o históricas, y ha avalado el uso del recinto de la Ciudad Deportiva con un aforo de 6.000 espectadores. Para llegar a ese ok, el club ha tenido que garantizar requisitos de seguridad, conectividad e infraestructura audiovisual, como la instalación de cámaras para el VAR y fibra óptica específica. Es, en definitiva, un “traje a medida” para que el partido sea válido.

El Barça informó además de que el aforo se destina prioritariamente a socios, que recibirán comunicaciones concretas sobre el acceso y la asignación de localidades. El resto de la masa social —y los habituales del carnet de abono— deberán esperar a la reorganización del calendario y a que Montjuïc vuelva a estar disponible en las siguientes citas domésticas.

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