Eva García Sáenz de Urturi lleva nueve novelas a cuestas. Su éxito empezó con el boca a boca y 11 años después acumula 3 millones de lectores. Acaba de sacar su novela novela, El ángel de la ciudad’ (Planeta), protagonizada por su personaje más querido, al menos para sus lectores, el perfilador criminal Unai López de Ayala, conocido como Kraken. Gran parte de la trama transcurre en Venecia, ciudad a la que viaja nuestro protagonista para averiguar la extraña desaparición de algunos de los bibliófilos que conocimos en su anterior novela, ‘El libro negro de las horas’, entre los que podría estar su madre, Ítaca Expósito, la mejor falsificadora de libros antiguos del mundo.

Hemos viajado a Venecia junto a la autora para conocer las claves de esta nueva novela, en la que el relato combina un pasado que explica el presente, todo ello aderezado por la magia de antiguas leyendas llenas de demonios.

Eva García Sáenz de Urturi en Venecia, la ciudad en la que transcurre parte de su última novela, 'El ángel de la ciudad'. (Foto: Sole Hafner)
Eva García Sáenz de Urturi en Venecia, la ciudad en la que transcurre parte de su última novela, 'El ángel de la ciudad'. (Foto: Sole Hafner)

"Venecia es como estar en un decorado de una película del siglo XVII, una auténtica máquina del tiempo”

“Venecia me atrapó hace 25 años, aquí sufrí mi primer mal de Stendhal”, nos explica la autora, en referencia al síndrome del viajero, un trastorno psicosomático que provoca ansiedad, taquicardia y palpitaciones al contemplar la belleza. “No era capaz de asumir tanta fachada bonita, me parecía inasumible tanta belleza, era como estar en un decorado de una película del siglo XVII, una auténtica máquina del tiempo”, añade. Le pareció un escenario perfecto para ubicar esta nueva aventura de Kraken.

Al igual que la madre del protagonista, Ítaca Expósito, Eva se ha sentido como una veneciana más en sus constantes viajes a la ciudad en el último año, muy alejada de las trombas de turistas que invaden sus plazas (que aquí se llaman campi), puentes estrechas calles. “Hay mucho de Ítaca en mi biografía con el tema de la pintura, con el tema de las altas capacidades, de niña precoz”, nos confiesa en una entrevista concedida a ElPlural.

"No hay un momento Cenicienta, pero la vida te cambia de la mañana a la noche"

 PREGUNTA.- ¿Habías imaginado el éxito de Kraken, el protagonista de la Trilogía de la Ciudad Blanca que ya va por cinco volúmenes?

RESPUESTA.- Cuando empiezas a escribir no piensas ni en que puedas llegar a ser Premio Planeta, ni publicar en más de 20 idiomas ni tener más de 3 millones de lectores. Es cierto que no hay un momento Cenicienta, pero la vida te cambia de la mañana a la noche. Con cada novela he ido ganando lectores y Kraken tuvo mucho éxito desde un primer momento. Tienen muchísimos lectore en España y otros países de Europa, Latinoamérica, incluso en Asia, en China o en Vietnam. He tenido tiempo de procesarlo porque llevo publicando desde 2012. Son nueve giras, nueve promociones y nueve periodos de escritura de novelas.

"Una de las cosas que más me dicen es ‘no mates al abuelo’ o ‘¡cuidado con Unai’. Se preocupan por personas que no existen, que son solo de papel"

P.- ¿Por qué crees que la serie Kraken conecta con un público tan dispar procedente de culturas que no tienen nada que ver?

Hay una trama que deja satisfecho al lector o lectora de novela policíaca. Están muy trabajadas, muy bien hiladas, muy rápidas y muy pensadas para sorprenderles, incluso a los más avezados. Pero la clave está en la conexión humana, fíjate. Es decir, Kraken está muy bien enraizado, tiene a su abuelo y a su hermano. Son una familia de tres hombres adultos que se cuidan los unos a los otros, con la que se han identificado los lectores. Una de las cosas que más me dicen es ‘no mates al abuelo’ o ‘¡cuidado con Unai’. Se preocupan por personas que no existen, que son solo de papel. Eso te habla de empatía y de unos personajes muy humanos, cercanos, coherentes, leales y que nunca te fallan.

P.- Kraken es también un sufridor ¿qué le has puesto para alejarle del cliché del detective clásico de novela negra?

Estamos acostumbrados al cliché del detective de vida difícil, solitario, sin demasiados vínculos emocionales ni sociales. En este caso es la gran fortaleza de Unai y también lo que le hace débil de cara a los casos que investiga. Tiene a muchas personas que perder e intenta proteger a todos. Resulta muy difícil para él saber que cada vez que se mete en un caso, muy posiblemente salpique a alguien a quien quiere. Este dilema le atormenta bastante, pero tiene ese patrón de no puede dejarlo estar.

P.- Libro a libro has ido tejiendo una red de conexiones en todas tus novelas, llegando a conectar a Kraken con tus novelas de los longevos. ¿Habrá más?

Conecté todo en Los Señores del Tiempo’. Quería hacer un guiño a los lectores de longevos y realmente ha sido mi novela más difícil en el sentido de la planificación. Tenía que unir un universo que era el de los longevos, unos arqueólogos de Cantabria que tenía, digamos para no hacer spoiler, una característica muy concreta, con Unai y el abuelo. Quería que tuviesen una conexión muy especial que solo los lectores de ambas series pueden entender. Hay una doble lectura en ‘Los señores del tiempo’ para que los lectores de longevos digan ¡guau!.

"Hay mucho de Ítaca en mi biografía con el tema de la pintura, con el tema de las altas capacidades, de niña precoz"

P.- ¿Qué miguitas hay de ti en toda esta telaraña que has tejido? No tienes no personal, no tienes nada que ver ni con Kraken ni con Ítaca, pero seguro que has ido dejando.

R.- Hay mucho de Ítaca en mi biografía con el tema de la pintura, con el tema de las altas capacidades, de niña precoz. Hay también muchísimo de la educación de las monja, de hecho, la hermana Aquilina existió. Hay mucho del abuelo, porque le presté literalmente mi abuelo a Kraken. Es un personaje literalmente trasplantado de la realidad y para mí ha sido el más fácil del mundo. Simplemente tenía que poner que contestaría mi abuelo en este caso, o qué gesto haría si se rascaba la boina. Hay muchísimo de homenaje a mi tierra y a mi ciudad. También a Madrid, el más culto, el del Barrio de las Letras también. He ido haciendo estas novelas a la medida de lo que a mí me apasiona: la bibliofilia, la perfilación criminal o las bellas artes.

 

Demonios, mitos y. leyendas. Vídeo en el que Eva García Sáenz de Urturi nos muestra la Venecia que recrea en 'El ángel de la ciudad'

"En las épocas que no son turísticas, como noviembre o febrero, ves la Venecia real, la que se levanta a las siete de la mañana para ir al mercado del puente Rialto"

P.- Venecia es una gran protagonista de ‘El ángel de la ciudad’. ¿Te ha atrapado a ti esta ciudad?

R.- Venecia me atrapó hace 25 años, aquí sufrí mi primer mal de Stendhal. No era capaz de asumir tanta fachada bonita, me parecía inasumible tanta belleza, era como estar en un decorado de una película del siglo XVII, una auténtica máquina del tiempo. Cuando he vuelto para documentarme venía con miedo por si la había idealizado, pero sigue siendo tan bella. He buscado la Venecia desconocida y acabas teniendo una conexión muy personal. En las épocas que no son turísticas, como noviembre o febrero, ves la Venecia real, la que se levanta a las siete de la mañana para ir al mercado del puente Rialto, cuando llegan las barcas con la fruta y las verduras. Yo podría ser una vecina más.

P.- También has puesto el foco en la parte de leyenda y mito de Venecia.

R.- Sí, es la impronta que ha tenido toda la serie de Kraken. Me interesa mucho la parte etnográfica de los lugares, las narraciones orales y leyendas, sea en el País Vasco o en Venecia.

"Hago bastantes reescrituras, entre cuatro y ocho manuscritos. Cuando ya tiene tantas capas que la novela late y es real, la entrego"

P.- ¿Cómo es tu proceso creativo?

R.- Primero es documentación durante bastante tiempo hasta que tengo material suficiente y conozco el escenario. Incluye también sobre el tema a tratar, ya sea perfilación criminal, una época histórica, anti-envejecimiento, bibliofilia o falsificación de lienzos o de cuadros. Después viene la etapa de estructura, de novela o planificación. Y cuando ya tengo claro todos los capítulos, todos los pulsos de acción, empiezo con el primer borrador. Hago bastantes reescrituras, entre cuatro y ocho manuscritos. Cuando ya tiene tantas capas que la novela late y es real, la entrego.

P.- ¿Qué parte de disfrutas más?

R.- He aprendido a disfrutar todas. La documentación me lleva la sorpresa y me hace enamorarme más del tema y del escenario. He aprendido que todo depende de la estructura de la novela, porque si no la tienes bien planificada, se te cae. Es la parte más importante y, en contra de lo que puede parecer, la más creativa. En el fondo, el primer borrador es rellenar todos esos pulsos de acción de una manera literaria, lírica, bonita. Me gusta mucho la reescritura porque ya está hecho. Entonces, embellecer no es poner lo bonito, como decía Hemingway, quien decía tú primero, primero dramatiza y después embelleces.