Conversamos con Adrián Bago, uno de los autores de tebeos más interesantes que tiene España. Un creador que busca en las cenizas de la realidad los recursos para hacer su obra. Antes ofreció a sus seguidores su libro Sicofante, ahora, también de la mano de Autsaider Cómics nos presenta Bibelots, una revista realizada en su totalidad por él, en homenaje a los cómics de autor del indie estadounidense de los 90.

Pregunta: - Primero hablemos del formato, ¿qué es Bibelots?
Respuesta. - Bibelots es una compilación de historietas cortas que se me fueron ocurriendo mientras realizaba Sicofante, mi anterior obra larga. El estar más de 2 años con un mismo tebeo hace que vayas almacenando anécdotas sobra las que luego construir nuevas historias. Otra cosa es que me apetecía volver a la ficción pura, jugar con las reglas del relato y así pervertir ciertas cosas como el orden de acontecimientos o eclipsar la propia trama que es algo que me interesa mucho como lector y espectador. Así que Bibelots puede ser un catálogo de obsesiones ficcionalizadas, aunque una de las historias también tiene un carácter autobiográfico.

"La ficción y la autobiografia están estrechamente unidas"

P: - ¿Y en cuanto a contenido, qué pistas le podrías dar al lector?
R: - Pues son dos historietas de ficción pura y otra donde recreo recuerdos de mi niñez y de mi infancia. De todas formas, considero que la ficción y la autobiografia están estrechamente unidas, ya que en una puedes hablar de cosas que te han ocurrido y en la otra hablas de cómo cuentas las cosas.

P: - ¿Bibelots rompe con lo planteado en Sicofante, tu obra anterior?
R: - Yo no creo que haya tanta ruptura sino continuación. En Bibelots exploro otra faceta mía, la de lector de ficción por así decirlo. De todas formas, están las mismas filias tanto en Bibelots como en Sicofante; el sexo, la política, la precariedad, cierta violencia ontológica de las relaciones humanas, la humillación y la vergüenza, etc... Y también humor. Considero que hay que ser serios, pero nunca solemnes.

P: - ¿En este nuevo libro, realizado como revista, pretendes evocar los cómics de autor del indie estadounidense de los 90, o dar una bofetada a las convenciones del siglo XXI?
R: - Por supuesto que las cabeceras tipo Bola 8 de Clowes están presentes. También es porque creo que la historieta corta es un formato idóneo para el cómic, el tebeo es un medio que te permite comprimir muchísimo una historia si sabes sacarle partido a los recursos del mismo. Estoy un poco harto de tebeos que imitan una cadencia narrativa televisiva o cinematográfica, al final son tebeos muy amplios en número de páginas, pero bastante estrechos en contundencia. Lo absoluto cabe en las 62 páginas de un tebeo de Tintín.

"El sistema ha convertido al pobre en aspirante a rico, enmascarando así tu condición de trabajador"

P: .- ¿La precariedad es para ti una necesidad de rebelión?
R: - La precariedad tristemente es la ontología actual. No escapamos de ella porque es una parte del juego capitalista que nos toca jugar, o más bien sufrir. El problema es que el sistema ha convertido al pobre en aspirante a rico, enmascarando así tu condición de trabajador. Al vivir en una sociedad desclasada en la que la gente vive en un estado transitorio aspiracional se desactiva la rebelión concreta contra un sistema explotador y nos ocupamos de mostrar enfado por cuestiones superficiales de la problemática, pero no la raíz de la misma. Al final actuamos como perros ladrándole al día, sin saber por qué.

P: - En un modelo social donde el triunfo se impone como una mentira, ¿el fracaso es la contestación a esa doctrina?
R: - El mayor problema de vivir en un sistema que sólo entiende la competencia como motivación es que en vez de camaradas nos convertimos en rivales. Eso le va de puta madre al sistema que disfruta viendo como nos pisoteamos por migajas. Así que el éxito se convierte en supervivencia sobre el resto de tus compañeros. Y el fracaso no es que sea contestación es que es el 90 por cien de los casos. Por supuesto el sistema hace gala de aquellos de triunfan y los muestra como ejemplos de superación y esfuerzo para los demás, así cuando tu fracasas no es culpa de una estructura absurda y caprichosa sino de que no te has esforzado lo suficiente. La doctrina cristiana y su culpa siempre de la mano del capitalismo.

P: - Dame una razón por la cual no publicarías en una corporación editorial.
R: - Bueno, tampoco hay que ir de víctimas ni de héroes, me explico. Yo soy un trabajador que vive exclusivamente de su trabajo. Hoy día no tengo margen de maniobra para decir si trabajo o no para una gran corporación, al igual que el cajero de El Corte Ingles no tiene capacidad para con sus jefes. Otra cosa es que un día pueda elegir trabajo, entonces sí que sería absurdo que mantuviera un discurso e hiciera lo contrario. Pero yo soy un obrero gráfico que sólo vive de su trabajo. Hay que acabar con la romantización del artista y ser conscientes que somos la clase trabajadora del sector gráfico con el agravante de que es un sector en que prima ser autónomo, por lo que nos convertimos en seres explotados y explotadores de nosotros mismo. Un chollo.