En la Barcelona de finales del siglo XIX las videntes eran auténticas celebridades. Amalia Domingo era una de ellas. Descansa junto al músico Isaac Albéniz, el pintor Joan Miró y el que fuera presidente de la Generalitat Francesc Macià en el cementerio de Montjuïc y su tumba es una de las más visitadas. "El ocultismo se identificaba en ese momento con la modernidad y el progreso. Las médiums famosas formaron parte de los cambios sociales que se produjeron en esa época y algunas impulsaron, por ejemplo, la protección de los huérfanos y los desfavorecidos a través de asociaciones de mujeres, algo totalmente rupturista", nos explica en una entrevista la escritora Alaitz Leceaga (Bilbao, 1982), quien acaba de publicar la novela 'Las dos vidas de Mina Índigo' (Planeta), ambientada en la antesala de la celebración de la Exposición Universal de 1888, que coincidió con la celebración en la ciudad condal del Primer Congreso Internacional de Espiritismo.

Mina Índigo, su personaje principal, es la médium de cabecera de la alta burguesía catalana. Junto al Dr. Ellis, un médico forense recién llegado a la ciudad, tratará de resolver el asesinato de una joven, hija de una de sus confidentes. En la trama descubrimos cómo hay fantasmas mucho más inquietantes que los que visitan a Mina en sus sesiones de espiritismo. "La novela trata sobre el deseo de los personajes de reconciliar su difícil pasado con el presente que están viviendo. En este caso, la metáfora de los fantasmas es perfecta y funciona muy bien", nos explica la autora, quien reconoce que todos tenemos fantasmas en nuestra vida. "Eso da forma a las personas que somos, exactamente igual que les pasa a los protagonistas de esta novela. Lo mismo que ellos, más o menos, aceptan esos fantasmas en su vida, nosotros deberíamos hacerlo. Pero además nos enseñan que, a medida que aceptamos el pasado, nos hacemos mas fuertes", añade.

'Las dos vidas de Mina Índigo' combina el misterio, el género negro, la novela histórica y amores imposibles, un cóctel habitual en el estilo de Alaitz Leceaga, quien no se ve identificada en la etiqueta de "realismo mágico" que lleva asociada. "Es verdad que mis novelas tienen ese pequeño toque mágico, pero me gusta dar siempre una explicación racional de manera que sea el lector el que escoja lo que quiere creer", aclara.

"En la Barcelona de finales del XIX era habitual en las reuniones sociales de alto copete celebrar una sesión espiritista a modo de entretenimiento"

PREGUNTA.- ¿Cómo llegas a esta historia tan sorprendente?

RESPUESTA.- Siempre empiezo por los personajes y necesitaba un contexto histórico para que Mina Índigo y el Dr. Ellis pudieran brillar. Cuando empecé a pensar en serio en ellos y en la relación entre esa médium misteriosa y ese científico, tuve claro que ese momento histórico, de cambio absoluto y encuentro de la modernidad con el pasado, esa Barcelona gótica, un poco misteriosa, eran el escenario y el momento histórico perfecto para la novela.

P.- ¿Qué llegó antes a la vida de Mina, tu protagonista, Barcelona o el espiritismo?

R.- En la Barcelona de finales del XIX existe una fascinación absoluta por el espiritismo, el ocultismo, sobre todo entre las clases altas. Era habitual en las reuniones sociales de alto copete celebrar una sesión espiritista a modo de entretenimiento. Las médiums eran auténticas celebridades, a diferencia del concepto que tenemos ahora. A Mina, ser espiritista le daba el poder de acceder a diferentes clases sociales, moverse entre el glamour de esas fiestas maravillosas de la alta sociedad y la Barcelona más peligros y oscura. Al pensar en Mina vino todo junto en el mismo paquete, ya que el personaje debía tener la capacidad de mezclarse y serpentear por los dos mundos.

"El ocultismo se identificaba en ese momento con la modernidad y el progreso"

P.- Hubo mediums muy famosas en Barcelona que se asociaron a valores progresistas y el feminismo. ¿Mina se ha inspirado en alguna de ellas?

R.- Es un personaje de ficción, pero tiene mucho en común con las videntes reales. El ocultismo se identificaba en ese momento con la modernidad y el progreso. Las médiums famosas formaron parte de los cambios sociales que se produjeron en esa época y algunas impulsaron, por ejemplo, la protección de los huérfanos y los desfavorecidos a través de asociaciones de mujeres, algo totalmente rupturista. Ser una celebridad les dio ese poder. Hubo videntes no solo en Barcelona, también en Londres, Viena y Luisiana. 

Mina vive entre los dos mundos y nunca olvida a las personas más necesitadas, que conforman su red de contactos y le cuentan los secretos. Para mí era natural que fuera espiritista, porque eso le daba la libertad para poder moverse y maniobrar a su antojo, que no era lo habitual en la época.

P.- Aun así, tiene que someterse a las convenciones de la época.

R.- Siempre me ha parecido que Mina vive entre lo que ella tiene, lo que es y lo que querría ser, lo que ansía. Es algo que en cierto modo nos pasa a todos, esas convenciones sociales, que aunque sean muy diferentes en nuestra época, son fácilmente reconocibles: lo que se espera de cada uno de nosotros como madre, como hijo, como amigo o como trabajador. Mina, sin embargo, persigue todas esas cosas que no puede tener, todo eso que quiere. Al mismo tiempo, necesita para su propia supervivencia y la de su pequeño universo, mantenerse en su papel.

"Todos nosotros tenemos fantasmas en nuestra vida, esas cosas que nos hubiera gustado hacer o que nos hubiera gustado no hacer"

P.- En la novela, se habla mucho de fantasmas, unos espíritus que no sólo se comunican con los personajes, sino que también les atormentan. ¿En tu vida hay fantasmas?

R.- La novela trata sobre el deseo de los personajes de reconciliar su difícil pasado con el presente que están viviendo. En este caso, la metáfora de los fantasmas es perfecta y funciona muy bien. Todos nosotros tenemos fantasmas en nuestra vida, esas cosas que nos hubiera gustado hacer o que nos hubiera gustado no hacer. Eso da forma a las personas que somos, exactamente igual que les pasa a los protagonistas de esta novela. Lo mismo que ellos, más o menos, aceptan esos fantasmas en su vida, nosotros deberíamos hacerlo. Pero además nos enseñan que, a medida que aceptamos el pasado, nos hacemos más fuertes

"No hay tanto de mí en ellos [personajes principales], pero sí me han despertado un sentimiento de admiración total"

P.- ¿Qué dejas de ti en los personajes de esta novela?

R.- Te voy a hablar de los dos protagonistas. No hay tanto de mí en ellos, pero sí me han despertado un sentimiento de admiración total. Su búsqueda de la verdad y el afán por resolver el crimen les enfrenta a situaciones en las que ponen en peligro no solo su posición social, también su integridad física. Aunque sea la autora, lo veo desde fuera, como espectadora y admiro su valentía, su tesón y la pasión que les empuja a esa búsqueda. 

P.- ¿Te han hecho crecer a ti como persona?

R.- Me han enseñado mucho. Siempre he sido muy admiradora de las novelas de misterios clásicos y me ha hecho aprender muchísimo sobre la resolución de crímenes en el pasado, las primeras técnicas forenses, cómo se perseguía y cómo se condenaba antes a los a los criminales. Hoy en día tenemos claro que una huella dactilar es una prueba casi irrefutable, admitida ante cualquier tribunal. Pero eso no siempre ha sido así, hubo momento en los que una huella dactilar era poco menos que brujería, no que algo que realmente no tenía ningún valor. 

P.- ¿Cómo es tu proceso creativo?

R.- En mi caso, lo primero son los personajes, que son los que me llevan a la historia. Averiguar cómo es su mundo, inevitablemente me lleva a un proceso de documentación, recabar datos, rebuscar en bibliotecas fotografías o filmaciones de la época. Esa etapa la disfruto muchísimo. Soy muy lectora de novela histórica y me gusta encontrarme con ese trasfondo, ese telón que, forma parte de la vida de los personajes. Pienso que a mis lectores también les atrae y les debo ese viaje que le proponemos en la cubierta del libro o el resumen, en este caso, un viaje al pasado para resolver unos crímenes.

P. ¿Y la escritura?

R.- Soy de llenar cuadernos con los esquemas, lo confieso. Hay muchos autores maravillosos que se sientan y pueden escribir directamente, pero a mí me cuesta mucho, sobre todo cuando es una novela con una trama con muchos giros, hacerlo así. No me gustaría que un lector se quedara con alguna duda o que alguna línea de la trama se quedara sin cerrar.

P.- ¿Te planteas en algún momento dar continuidad a Mina Índigo y al doctor Ellis?

R.- Hay algunos personajes que, de alguna forma, se quedan un poquito más contigo. A Mina y a Ellis le he cogido mucho cariño, pero depende de lo que demanden los lectores.

¿Realismo mágico? "Mis novelas tienen ese pequeño toque mágico, pero me gusta dar siempre una explicación racional"

P.- En tus novelas siempre hay un misterio, amores imposibles, una ambientación histórica y se te tilda como autora de realismo mágico. ¿Cómo te calificarías tú?

R.- La etiqueta de realismo mágico siempre me ha sonado como algo lejano y diferente. Creo que deja fuera la parte de misterio que está tan presente en mis novelas. Además, no es algo que haya salido de mí o con lo que haya, de alguna manera, conectado siempre, desde el principio. Mis influencias son evidentes, desde novelas de misterios clásicos hasta Carlos Ruiz Zafón. Siempre hay un misterio por resolver, con una fuerte ambientación histórica y, es verdad que mis novelas tienen ese pequeño toque mágico, pero me gusta dar siempre una explicación racional de manera que sea el lector el que escoge lo que quiere creer.

A día de hoy, hay muchos lectores, por ejemplo, que piensan que la protagonista de 'Donde termina el mar', la novela premiada con el Fernando Lara, es una sirena. No es ningún spoiler, pero se plantea una hipótesis totalmente diferente. Pero a mí siempre me gusta que sea el lector el que lo pueda decidir.

"Estoy leyendo una novela de terror, pero no te puedo decir el título porque no se ha publicado todavía"

P.- ¿Qué estás leyendo en este momento?

R.- Una novela de terror, pero no te puedo decir el título porque no se ha publicado todavía. La estoy leyendo para una compañera maravillosa y me está encantando.

P.- Me has comentado que tus referentes son los clásicos, ¿qué libros son los que más relees?

Cuando te dedicas al mundo de la escritura, encontrar tiempo para leer por placer es un poco complicado. Mis referentes son 'Cumbres borrascosas', que está siempre presente en lo que escribo, las novelas de Sherlock Holmes, y la Barcelona gótica de Zafón. Leí 'El príncipe de la Niebla' cuando era muy niña y recuerdo que me impresionó muchísimo. 

P.- ¿Has sido una lectora precoz?

R.- Sí, bastante. Siempre he sido muy feliz como lectora. Muchos autores llegamos a la literatura, primero como lectores. Cuando me puse a escribir me di cuenta de que todo lo que leí estaba muy presente.

P.- ¿Cómo llevas el éxito?

R.- Soy consciente de la increíble suerte que tengo de poder dedicarme a escribir, que es algo que está al alcance de muy poca gente, poder dedicarme únicamente a escribir y además a escribir las historias que a mí me interesa contar. Es un privilegio.

Cuando te sientas a trabajar en una novela nueva, quieres que tus historias gusten a los lectores, que les atraviesen y vivan con tus personajes. Eso es algo que cuando te sientas a escribir siempre está ahí, pero yo hablaría más de las expectativas como autora. Quiero decir, siempre quieres escribir mejor, una novela todavía más increíble y que atrape más a los lectores. 

"Una novela que no lee nadie es como una canción que no escucha a nadie o una película que no ve nadie, un fracaso"

P. ¿Lo has conseguido?

R.- Tengo lectores y lectoras apasionados a los que agradezco las colas que hacen para que les firme en ferias o presentaciones. Al final una novela que no lee nadie es como una canción que no escucha a nadie o una película que no ve nadie, un fracaso. Me parece que falta la mitad de la historia hasta que no viene alguien y te cuenta lo que le ha parecido el libro. Yo espero con muchísimas ganas ese momento.

P.- Dedicas la novela a tu marido y en los agradecimientos le mencionas expresamente "por creer en mí cuando yo no podía". ¿Ha sido complicado el camino?

R.- Cuando ya has llegado, de alguna manera, parece que el camino ha sido siempre fácil y sencillo. Escribir tiene esa parte preciosa que comentábamos antes del contacto con los lectores, pero tiene también una parte de soledad, con tu historia y tus personajes. Una novela puede llevarte dos o tres años de trabajo y toda esa parte de soledad que, inevitablemente acompaña a un autor, la comparto con mi marido. Soy muy afortunada. 

P.- Aunque estás centrada en la promoción de esta nueva novela, ¿estás ya rumiando una nueva historia?

R.- Las ideas siempre están ahí y ya tengo mi cuaderno de apunte, con nuevos personajes o con nuevas aventuras, para mí y para ellos es un trabajo.

P.- ¿Qué pregunta echas de menos siempre en las entrevistas?

R.- Me gusta mucho la pregunta que me has hecho sobre el libro que estoy leyendo en este momento. Es algo que a mí también me gusta saber de los demás. También que me pregunten por los libros que leía de pequeña, que han conformado tu universo. A todos los autores, en general, nos gusta leer y cuando leo una entrevista con otros compañeros me encanta saber qué libros han leído o les han marcado como escritores.

P.- ¿Y qué libros te han marcado? ¿Qué leías de pequeña?

R.- El primer acercamiento se produce cuando todavía no puedes leer, con las historias que te cuentan tus padres o las historias con las que creces. Esos cuentos sobre bosques encantados o sirenas que forman la tradición oral y que están presentes a medida que vas creciendo.