El rapero estadounidense DaBaby, con base en Charlotte (Carolina del Norte), ha vuelto a situarse en el centro de la polémica tras publicar el videoclip de su nuevo tema, Save Me, construido alrededor del asesinato de Iryna Zarutska, una refugiada ucraniana de 23 años que fue apuñalada mortalmente en la línea Blue Line del tren ligero de la ciudad el pasado 22 de agosto. El vídeo, colgado en YouTube este martes, se abre con un fragmento del metraje de seguridad del propio crimen y da paso a una puesta en escena que recrea lo ocurrido dentro del vagón, con actores interpretando tanto a la víctima como al presunto agresor. La descripción de la pieza lo presenta como “una dedicación a Iryna Zarutska”.
Más allá de la elección del tema —ya de por sí controvertida por alimentarse de una tragedia que aún conmociona a Charlotte—, el clip añade un giro dramático: en la ficción, DaBaby aparece sentado junto al supuesto atacante y, justo antes de que alce el cuchillo, le agarra la muñeca y frustra la puñalada. El vídeo concluye con el detenido siendo escoltado y con la joven —interpretada por una actriz— regresando a casa a salvo, una suerte de final alternativo que reescribe el hecho real. Varios medios locales y nacionales han subrayado ese “what if” que propone el rapero como columna narrativa del lanzamiento.
“SAVE ME” OUT NOW 📺🖤 pic.twitter.com/jRaPzHjmZw
— DaBaby (@DaBabyDaBaby) September 16, 2025
La publicación ha provocado una oleada inmediata de reacciones: desde quienes la leen como un homenaje tardío hasta quienes la denuncian como una instrumentalización del dolor para promocionar una canción. Periódicos y portales que recopilan el clima en redes hablan directamente de “backlash” —boomerang de críticas— por la decisión estética y de marketing del artista, que coloca su figura en el centro de un asesinato todavía bajo investigación judicial.
En términos formales, Save Me arranca con unos 30 segundos de informativos locales que incorporan imágenes del suceso difundidas por las autoridades de transporte. After the credits, la pieza incluye un pantallazo del GoFundMe creado por la familia de Zarutska, una recaudación verificada que sigue activa y que el propio vídeo linka en su descripción, un gesto que algunos han interpretado como intento de contrapesar el uso de las imágenes con una llamada a donar.
La controversia no se limita al plano simbólico. La autoridad metropolitana de transporte (CATS, por sus siglas en inglés) ha informado de que DaBaby y su equipo filmaron dentro de un tren la noche anterior al estreno “sin autorización” y que, tras ser avisada a través de la aplicación CATS-Pass, la seguridad acudió y “escoltó al equipo fuera del vehículo”. CATS ha precisado además que no participó de ningún modo en el rodaje ni concedió permiso para el uso del material, aunque en el videoclip se aprecian vigilantes uniformados de una empresa privada, y planos exteriores en estaciones reales de la ciudad.
La familia de Iryna ha sido el rostro más visible del duelo colectivo en Charlotte desde que el caso se hiciera público. Zarutska había huido de la guerra en 2022 para empezar de cero en Estados Unidos; aquel 22 de agosto volvía a casa sentada con los auriculares puestos cuando, según las autoridades, fue atacada sin mediar palabra. El sospechoso, Decarlos Brown Jr., de 34 años, fue detenido poco después; además del cargo local de asesinato en primer grado, la fiscalía federal presentó un cargo por causar la muerte en un sistema de transporte masivo, mientras un juez ordenaba una evaluación de su capacidad mental.
El propio vídeo de Save Me incorpora como recurso los elementos de ese relato: la postura del presunto agresor, el brillo del arma, el gesto mecánico de preparar el ataque, todo calcado del metraje real difundido por la policía. La diferencia es que, en la ficción de DaBaby, el músico “entra” en la escena para impedir el crimen.
Según la cobertura de la televisión local WSOC, el propio tema no menciona a Iryna por su nombre en la letra. Es la edición del vídeo —y su framing en plataformas— lo que asocia de manera inequívoca la canción con el asesinato, reforzando la idea de que el crimen funciona como palanca promocional del lanzamiento. El diseño del final alternativo —en el que el artista “salva” a la víctima—, y la prominencia de su figura como héroe en el relato, son elecciones creativas que multiplican la percepción de oportunismo, más allá de la inclusión del enlace a la colecta familiar.