‘La sociedad de la nieve’, la última película de J. A. Bayona que está causando sensación y que marca el paso de las películas de habla no inglesa en los próximos Premios Óscar, se ha rodado en España. Pese a que la historia real transcurre en la zona oriental de los Andes, entre Argentina y Chile, se rodó en estas insospechadas, pero más que conocidas, montañas españolas.

La nueva producción cinematográfica, ya disponible en Netflix, del director español hace un nuevo retrato del trágico accidente del avión Farichild FH-227FD de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló en los Andes el 13 de octubre de 1972. Para ambientar los hechos con la mejor escenografía posible, Sierra Nevada, en Granada, fue la candidata perfecta.

Y es que gracias a la película, Sierra Nevada vuelve a estar en boca de todos, llegando ahora a apodarse como el 'Valle de las Lágrimas' español o los 'Andes' españoles. Debido a que el punto del accidente real es uno de los lugares más inhóspitos, remotos y peligrosos de todo el planeta –a unos 4.000 metros de altitud en la frontera entre Chile y Argentina-, trasladar allí el rodaje de la película era prácticamente un acto suicida, por lo que escoger un espacio natural tan asemejado y más cercano fue una decisión más que acertada y que ha ayudado a escenificar los hechos reales con un resultado más que logrado.

Cómo se fraguó el rodaje en Sierra Nevada

Hay que retroceder casi tres años atrás. Allá por 2021, Bayona comenzó a tomar contactos con Cetursa Sierra Nevada y el Parque Nacional de Sierra Nevada para tantear escenarios para su nueva película. En concreto, el rodaje tuvo lugar en Pradollano, la Hoya de la Mora, el cortijo La Argumosa y la Laguna de las Yeguas, unos espacios naturales que superan los 2.000 metros del nivel del mar.

Según reza en la información de la página web del espacio turístico natural de Granada, en el momento en que la producción de la película recibió el visto bueno, el equipo de Bayona y la estación de esquí se pusieron manos a la obra para ambientar el trágico accidente sin interferir en el tráfico turístico de la zona ni alterar el entorno natural. En este sentido, relatan que el traslado del avión desde la Hoya de la Mora a la Laguna de las Yeguas “fue el más complicado” de realizar. “Experimentados maquinistas de Sierra Nevada establecieron que la mejor manera para mover la maqueta de 14 metros y 7.000 kilos era con dos máquinas pisapistas, una tirando y otra empujando, y que dicha operación debía llevarse a cabo a última hora de la tarde, cuando la nieve se endurece, evitando así que el aparato se hundiera”, detallan.

Cuando comenzó la temporada de esquí, se habilitó un sistema de traslados del equipo de producción, llegando a movilizar a más de un centenar de personas con cuatro horarios distintos de ida y vuelta.

Entre otras de las curiosidades, fue en La Laguna donde se rodaron las escenas del exterior del avión; mientras, las que acontecieron dentro del avión estrellado en los Andes, se realizaron en el parking de Los Peñones gracias a la instalación de un hangar de gran tamaño.

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Y es que la elección de Sierra Nevada para recrear el histórico accidente de los Andes no fue baladí, ya que las montañas granadinas también fueron epicentro de otro acontecimiento de similares características. Fue el vuelo Douglas DC-6 procedente de París y con destino a Mauritania que se estrelló, concretamente, en el cerro de la Alcazaba, a más de 3.700 metros de altura y con 80 pasajeros a bordo.

Una historia que conmocionó al mundo

‘La sociedad de la nieve’ está basada en la historia del trágico accidente de los Andes, pero no sólo ha impactado a lo largo y ancho de todo el planeta por el acontecimiento en sí mismo, sino por la experiencia de sus protagonistas. De los 45 pasajeros que iban a bordo, 29 sobrevivieron al impacto, pero sólo 16 de ellos salieron con vida pese a las extremas condiciones a las que tuvieron que hacer frente en las frías montañas, entre ellas, recurrir al canibalismo para no morir de hambre.

Al ser rescatados 72 días después del accidente aéreo, sus respectivas vidas se plasmaron con posterioridad en otras obras cinematográficas, como en ‘Supervivientes de los Andes’ (1976) o ‘¡Viven!’ (1993), basada en el libro de Piers Paul Read. No obstante, está siendo la obra de Bayona la que más está impactando a los espectadores y a la crítica, basada, a la vez, en el libro homónimo del escritor uruguayo Pablo Vierci, amigo cercano de uno de los supervivientes.