En la noche del martes, la residencia de Bad Bunny en Puerto Rico vivió uno de sus momentos más memorables: la aparición inesperada de Residente, quien subió al escenario para cantar algunos de sus temas más icónicos y encender al público con la energía de la vieja escuela. Entre cerveza, abrazos y referencias a la historia de la isla, ambos artistas hicieron vibrar el Coliseo de Puerto Rico en una cita que quedará grabada en la memoria de los asistentes.
La residencia de Bad Bunny en Puerto Rico, No Me Quiero Ir de Aquí alcanzó su decimoquinta función este martes en el Coliseo José Miguel Agrelot, conocido como el “Choliseo”, y lo hizo con una sorpresa que puso en pie a los más de 15.000 asistentes: la aparición de Residente.
El rapero puertorriqueño, exintegrante de Calle 13 y referente indiscutible de la música urbana latinoamericana, subió al escenario para interpretar junto a Bad Bunny algunos de sus grandes éxitos, entre ellos Atrévete-te-te y Chulin Culin Chunfly. Con un estilo desenfadado y fiel a su esencia, Residente convirtió el concierto en una auténtica fiesta boricua.
La reacción del público fue inmediata: gritos, aplausos y teléfonos en alto para grabar un momento que pocos esperaban. La química entre ambos artistas quedó patente en cada verso, y el espectáculo se impregnó de la energía combativa y festiva que caracteriza al rapero.
Un homenaje a la vieja escuela
La colaboración no fue casual. En un post publicado en sus redes sociales tras el concierto, Residente escribió: “Gracias Benito por invitarme a tu marquesina pa meterle como en el 2005. No hay nada mejor que darse unas cervecitas abrazados por el calor boricua. Prohibido olvidar 1868, 1950, 2019 🇵🇷”.
El mensaje, cargado de nostalgia y referencias históricas, conectó con sus seguidores y con la propia esencia de la música urbana puertorriqueña. Las fechas mencionadas aluden a momentos clave en la historia política de Puerto Rico: la insurrección de Lares en 1868, la Revolución Nacionalista de 1950 y las protestas de 2019 que provocaron la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló. Un recordatorio de que, para Residente, el arte y el compromiso social van de la mano.
La residencia de Bad Bunny
La aparición de Residente es solo uno de los muchos momentos que han convertido la residencia de Bad Bunny en un fenómeno cultural. El artista ha ofrecido un total de 15 conciertos en el Coliseo, repartidos en varias semanas, en un formato inspirado en las tradicionales fiestas de marquesina, aquellas reuniones en casas con música, baile y comida que forman parte de la memoria colectiva de Puerto Rico.
Cada función ha contado con invitados especiales que han aportado su propio sello. Desde estrellas de la música urbana como Arcángel y Daddy Yankee, hasta figuras de la nueva ola latina como Young Miko y Villano Antillano, pasando por fusiones con salsa y reguetón clásico. La dinámica ha sido siempre la misma: sorpresas, colaboraciones inesperadas y un público entregado.
El escenario, decorado como una marquesina tradicional, con luces cálidas, neveras de cerveza y sillas plegables, reforzó esa sensación de reunión entre amigos. El público coreaba cada verso en una mezcla de orgullo y celebración de identidad.
Muchos fans interpretaron su mensaje como un guiño a la unidad entre artistas puertorriqueños y a la importancia de recordar la historia de la isla. Otros celebraron la mezcla de estilos y generaciones, destacando que momentos así son los que definen la grandeza de la música en vivo.
Con esta colaboración, la residencia de Bad Bunny suma otro capítulo memorable a una serie de conciertos que han trascendido el ámbito musical para convertirse en un fenómeno cultural y social en Puerto Rico. Y, como diría el propio Residente, “prohibido olvidar” que la música también es memoria, identidad y resistencia.