Anthony Hopkins ha recuperado su experiencia interpretando a Pablo Picasso en su nuevo libro de memorias Lo hicimos bien, chico (Libros Cúpula). El actor ha dedicado varias páginas a su papel en Sobrevivir a Picasso, la película estrenada en 1996 en la que encarnó al pintor malagueño. Desde el inicio ha reconocido que no fue una elección evidente para él, pero ha explicado que el personaje le despertaba un interés especial. Según escribe, “aunque no era una elección especialmente natural interpretar a un español machista y mujeriego, el artista me fascinaba y me encantaba oír historias sobre él”.

El actor ha repasado el rodaje, su preparación y las anécdotas que conoció durante aquel proceso. Una de las historias más llamativas ha sido la que le contó Richard Burton. Hopkins ha recordado que Burton invitó a Picasso a comer y que el artista llegó acompañado de un séquito inesperado. El actor galés ha escrito que Burton se preocupó por la cuenta, pero que Picasso resolvió la situación dibujando en una servilleta y entregándosela al camarero, “tapando la cuenta con un trazo de lápiz”. Para Hopkins, aquella escena se convirtió en un ejemplo concreto del tipo de situaciones que rodeaban al pintor.

El libro también ha recuperado un episodio relacionado con Françoise Gilot, a quien Hopkins ha definido como “gran autora y artista por derecho propio”. Ha explicado que Picasso acudió con ella a un pequeño apartamento de Montmartre para visitar a una mujer mayor enferma. El actor ha descrito el lugar como un “cuchitril” frío y húmedo. Ha contado que, según Gilot, el cuerpo de aquella mujer estaba deteriorado y que había perdido los dientes. Hopkins ha señalado que Picasso le dio un beso y algo de dinero antes de marcharse. Después, ha añadido la conversación entre Gilot y el pintor. “¿Por qué me has presentado a esa mujer?”. La respuesta de Picasso, según relata, hacía referencia al suicidio del poeta Carles Casagemas en 1901.

El actor también ha incluido un capítulo sobre su participación en una película ambientada en la naturaleza para la que compitió con Robert De Niro y Dustin Hoffman. Finalmente obtuvo el papel y rodó la película junto a Alec Baldwin. Hopkins ha recordado que sufría una hernia discal que dificultaba las jornadas de grabación. En su relato ha mencionado que Baldwin llegó a hablar con los productores para exigir que le atendieran. Según Hopkins, Baldwin les dijo: “No puedes seguir haciendo esto. No merece la pena”. También habría añadido: “Escuchen, lo que estamos haciendo son dos horas de palomitas. Mientras tanto, este tipo se está muriendo. Llévenlo al hospital o me marcho”.

El libro ha repasado además su trayectoria, marcada por dos premios Oscar por El silencio de los corderos (1991) y por El Padre (2020). El actor se convirtió en el intérprete de mayor edad en obtener la estatuilla, un hecho que él mismo ha destacado como uno de los hitos de su carrera. Sus memorias han reunido episodios personales, como su relación con el alcohol o su divorcio de Jennifer Lynton, junto con momentos profesionales que han marcado diferentes etapas de su vida.

Las páginas dedicadas a Picasso han ocupado un lugar central dentro del libro. Hopkins ha explicado por qué aquel papel sigue siendo uno de los más singulares de su filmografía. Ha señalado que interpretar al pintor le obligó a estudiar comportamientos, reacciones y episodios concretos que no había explorado antes. Aunque ha reconocido que no se identificaba con muchas de las actitudes que se le atribuían al artista, ha insistido en que la figura de Picasso le resultó “fascinante” desde el primer momento.

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