El Retrato de Elisabeth Lederer de Gustav Klimt se ha vendido este martes en Nueva York por 236,4 millones de dólares (203 millones de euros), lo que la ha convertido en la obra de arte moderno más cara de la historia. La información, publicada por The New York Times, sitúa la pieza como la segunda pintura más costosa jamás subastada, solo por detrás de Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci, vendido en 2017 por 450 millones de dólares.
Una venta que ha superado todas las previsiones
Sotheby’s ha calificado la cifra como “asombrosa”. La estimación partía de 150 millones de dólares, pero la puja ha durado más de 19 minutos y ha ido escalando hasta alcanzar los 236,4 millones, incluidos los costes asociados a la subasta. Con este resultado, Klimt ha duplicado su propio récord anterior, fijado en 2023 en 108 millones de dólares.
El interés por el retrato ha concentrado la atención de coleccionistas, asesores y representantes de museos, que han llenado la sala durante toda la venta. La tensión de la puja ha estado marcada por incrementos cortos y sostenidos, habituales en obras de esta magnitud y con un historial tan relevante en el mercado del arte.
La historia del cuadro y su presencia en una colección privada
El retrato muestra a Elisabeth Lederer, hija de una familia de mecenas a la que Gustav Klimt retrató en varias ocasiones. La obra llegó a esta subasta procedente de la herencia del empresario de cosméticos Leonard A. Lauder, fallecido en junio, en cuyo apartamento de la Quinta Avenida ha permanecido colgada durante casi cuatro décadas.
La pintura fue realizada entre 1914 y 1916. Representa a una joven de 20 años con mejillas sonrosadas y una túnica imperial china decorada con la figura de un dragón. Este detalle ha sido descrito por especialistas como uno de los elementos que mejor reflejan el interés del pintor por incorporar influencias ornamentales de distintas culturas. Según Sotheby’s, es uno de los dos únicos retratos de cuerpo entero de Klimt que siguen en manos privadas.
Otra pieza que ha generado atención ha sido el retrete de oro del artista conceptual Maurizio Cattelan, adquirido por 12,1 millones de dólares. La obra se ha adjudicado con una sola puja, equivalente al valor del oro más las comisiones. La sala, repleta en ese momento, ha reaccionado con sorpresa ante una venta que se ha considerado ajustada, ya que las expectativas eran algo más altas por la notoriedad de la pieza.
Una noche histórica para la casa de subastas
El conjunto de la sesión ha alcanzado un total de 706 millones de dólares (607 millones de euros). Esta cantidad ha superado ampliamente la de las subastas equivalentes del año pasado y se ha convertido en la cifra más alta lograda por Sotheby’s en una sola noche. El volumen ha situado la jornada como una de las más relevantes del mercado del arte en los últimos años, tanto por la magnitud de las ventas como por la presencia de compradores dispuestos a competir por obras con un fuerte valor histórico.
La sesión, marcada por la venta del retrato de Klimt, ha consolidado el interés por piezas icónicas del arte moderno y ha reforzado el papel de Sotheby’s en un mercado que sigue registrando cifras extraordinarias en obras con procedencias muy específicas y una trayectoria reconocida.
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