Mantener una higiene básica en el hogar y en las herramientas que utilizamos para su limpieza siempre ha sido una preocupación en todas las casas, y tras la irrupción de la pandemia del Covid-19, dicha preocupación se ha visto aún más reforzada y nuestra conciencia sobre la existencia de virus y bacterias ha aumentado.

Todos conocemos cómo lavar y desinfectar las superficies, pero puede que no todo el mundo tenga tan claro cómo se debe hacer lo propio con las herramientas de limpieza, es decir, los trapos y paños con los que limpiamos. Mantenerlos en buenas condiciones es necesario, no solo para garantizar su eficacia y alargar su vida, sino también para evitar que proliferen los microorganismos perjudiciales en sus fibras.

Aunque llevar a cabo este proceso es necesario, hacerlo metiendo trapos en la lavadora de manera constante parece poco factible. Pero esto no es un problema: es posible dejar tus trapos en perfecto estado utilizando el microondas.

Aprende a limpiar los trapos utilizando el microondas

Limpiar nuestros paños y trapos utilizando este electrodoméstico es más fácil de lo que parece. En primer lugar, lo primero que debemos hacer es humedecerlos con agua y jabón. Si la suciedad no se marcha utilizando solo el jabón, es posible añadir un poco de zumo de limón o vinagre. Una vez hayan desaparecido las manchas, se deben escurrir bien

A continuación, hay que introducir los trapos en una bolsa de plástico apta para microondas, y sin cerrar, meterla en el mismo. Una vez dentro, hay que ponerlo a máxima potencia unos 90 segundos. Pasado ese tiempo, necesario para que la temperatura del microondas mate todas las bacterias que pueda haber, se debe retirar la bolsa con ayuda de unas pinzas o cualquier otro utensilio que evite que nos quememos (la bolsa estará muy caliente al extraerla del microondas), y dejar enfriar los trapos.

Cuando estén listos, se puede pasar al siguiente paso: introducirlos en un recipiente con agua fría para retirar los restos de jabón. Si tras todo esto todavía tienen manchas, deberás volver a repetir el proceso desde el principio.

Una vez los trapos estén totalmente limpios y bien aclarados con agua fría, hay que escurrirlos y tenderlos para que se sequen completamente. Cuando ya no contengan nada de agua, estarán listos para ser utilizados y completamente limpios y desinfectados.