En lo alto de una colina en Navarra se alza Ujué, uno de los pueblos más bonitos de España, donde se conserva el corazón de Carlos II de Navarra, que ha pasado a la historia con el apelativo de 'El Malo', una visión con la que no todo el mundo está de acuerdo, ya que depende de la perspectiva de quien lo juzgue. Este pueblo medieval parece detenido en el tiempo, con calles empedradas que serpentean entre antiguas casas de piedra y su imponente iglesia-fortaleza de Santa María, un símbolo de la historia y la identidad de esta localidad.

Un pueblo nacido como fortaleza española

Un pueblo nacido como fortaleza estratégica
Un pueblo nacido como fortaleza estratégica

Enclavada en la montaña, Ujué nació entre los siglos IX y X como una fortaleza estratégica conocida entonces como Santa María. Durante el reinado de Sancho Ramírez, se transformó en villa, y se construyó la Iglesia de Santa María, que desde entonces ha sido el corazón del pueblo. Este templo, declarado Monumento Nacional en 1936, combina estilos románico y gótico, reflejando los cambios históricos y arquitectónicos que marcaron la región.

Según la leyenda, el origen de Ujué está ligado a un milagro: un pastor, atraído por el vuelo de una paloma, descubrió una imagen de la Virgen en un agujero. Este hecho propició que los habitantes de los alrededores decidieran asentarse allí, marcando el nacimiento de la villa.

El corazón de Carlos II el Malo

El sobrenombre de Carlos II el Malo proviene de su controvertido reinado en Navarra y Francia, donde fue conocido por sus intrigas políticas, alianzas cambiantes y decisiones que en ocasiones beneficiaron más a sus intereses personales que a los de su reino. A pesar de esta reputación, en Ujué dejó un legado positivo. El rey ordenó una gran reforma de la iglesia, añadiendo una majestuosa nave gótica y fortaleciendo su carácter militar con una galería abierta en la fachada sur, desde donde se disfrutan vistas espectaculares de la ribera navarra. Estas mejoras no solo consolidaron la importancia religiosa del lugar, sino que también lo convirtieron en un punto estratégico clave para la defensa del reino.

Cuando falleció en 1387, su corazón quedó en el altar de la iglesia, mientras que su cuerpo descansó en otros puntos de Navarra. Este gesto reforzó el vínculo del rey con la villa, que se convirtió en un centro de peregrinación y devoción.

Carlos III, su sucesor, fomentó las peregrinaciones a la iglesia, una tradición que su hija Blanca continuó. Aunque los conflictos de la época impidieron que fuera enterrada allí, su hermana Leonor revitalizó la villa, asegurando su legado histórico y cultural.

Romería a la Virgen de Ujué: un encuentro de fe y tradición

Cada año, el domingo siguiente a San Marcos (25 de abril), cientos de peregrinos acuden a Ujué para rendir homenaje a la Virgen de Ujué. Los romeros, vestidos con túnicas y portando cruces, recorren los caminos al amanecer y se agrupan en la Cruz del Saludo, una obra gótica del siglo XIV, donde cantan la Salve antes de continuar en procesión hacia la iglesia.

El evento culmina con el Día de las Migas, una jornada de convivencia donde se disfrutan las tradicionales migas del pastor, elaboradas con pan de horno de leña, acompañadas por garrapiñadas, rosquillas de sartén y el vino local. Este día combina la devoción religiosa con el disfrute de la rica gastronomía local.

Naturaleza y paisaje: un paraíso mediterráneo

El enclave de Ujué es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Desde sus terrazas, se pueden contemplar vistas que abarcan desde la cordillera pirenaica al norte, hasta las llanuras del Ebro y la silueta del Moncayo al sur. La vegetación mediterránea predomina, con cultivos de cereal, olivos, almendros y viñedos que crean un mosaico de paisajes únicos.

La sierra de Ujué ofrece rutas de senderismo que conectan al visitante con el entorno natural y permiten explorar la belleza serena de este rincón navarro. La mezcla de historia, tradiciones y naturaleza convierte a Ujué en un destino imprescindible para quienes buscan un viaje al pasado sin renunciar a la tranquilidad del presente.

Ujué, un destino ideal para los amantes de la naturaleza
Ujué, un destino ideal para los amantes de la naturaleza