España es mucho más que las grandes capitales. Y un ejemplo claro es el precioso pueblo de Villanueva de los Infantes, situado en la provincia de Ciudad Real, que esconde entre sus calles una rica historia y secretos que no dejarán a ningún visitante indiferente. Con apenas 5.000 habitantes, el municipio forma parte de los 116 pueblos más bonitos de España y guarda una íntima relación con la literatura.
Son dos los hitos literarios que más le han marcado. Por un lado, es el lugar al que Miguel de Cervantes se refiere en las siguientes líneas de El Quijote: "En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...". El otro hecho es que en él se encuentra enterrado otro de los grandes escritores de España: Francisco de Quevedo.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme
Estatuas en homenaje a Don Quijote y Sancho Panza. Turismo de Villanueva de los Infantes
Pero, vamos por partes. ¿Cuándo y por qué se piensa que Cervantes se inspiró en este municipio? Fue 2004 el año en el que se estipuló que esto es así y, desde entonces, nadie se ha atrevido a discutirlo. El estudio que lo reveló fue realizado por un equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que trabajó durante más de dos años para poner nombre a la mítica frase después de cuatro siglos de anonimato.
El análisis se desarrolló a través de un método científico de medición de distancias. Como lo lees. Se estudiaron todos los caminos que existían en el siglo XVI y se repasaron las andanzas del ingenioso hidalgo a la vez que se midieron los pasos que dio en cada viaje hasta llegar a Villanueva de los Infates. Los líderes del estudio fueron los catedráticos de Relaciones Internacionales y Sociología Santiago Petschen y Francisco Parra, respectivamente, y el profesor de Literatura Manuel Fernández Nieto. Para dar con el lugar partieron de una hipótesis clara: el sitio tenía que estar ubicado en el Campo de Montiel porque el propio Cervantes lo dice hasta cinco veces en su obra maestra.
En ese mismo enclave del mapa, los originarios de la idea cruzaron 27 pueblos con 24 variables, de las que quedaron finalistas, además de Villanueva de los Infantes, Fuenllana y Alcubillas. Y fueron estas tres y no otras porque siguieron nuevamente las pistas del escritor. En otras palabras, se fijaron en varios capítulos. Por ejemplo, cuando Quijote y su fiel escudero Sancho Panza están en Sierra Morena, el cura señala que de vuelta a casa se quedará en el pueblo y que éste le pilla de paso, por lo que el lugar tenía que estar en la línea que unía Sierra Morena con Cartagena y solo esos tres pueblos lo están. La otra tarea fue un poco más sencilla. Quizá los lectores no lo recuerden, pero cuando Quijote y Sancho regresan a su pueblo subían una gran cuesta. Solo Villanueva de los Infantes la tiene a la entrada.
La tumba de Quevedo
Restos de Francisco de Quevedo en la Iglesia de San Andrés. Turismo Villanueva de los Infantes
El otro gran atractivo cultural de este pueblecito de Ciudad Real es que en él se encuentra enterrado Francisco de Quevedo, uno de los grandes poetas de la historia de literatura. La historia es igualmente curiosa, ya que desde 2007 los huesos del autor de El Buscón reposan en una forja artesanal de la Iglesia de San Andrés. No obstante, apenas son una decena, en concreto los fémures, el húmero derecho, la clavívula del mismo lado y seis vértebras. Así lo certificó un grupo de investigadores de la misma universidad, en este caso de la facultad de medicina, tras examinar cientos de restos de la cripta descubierta en 1995 bajo la Sala Capitular de dicho templo.
Vista desde la Plaza Mayor de Iglesia de San Andrés. Turismo Villanueva de los Infantes
Fue aquí donde falleció el emblemático escritor, pero no todos los restos descansan en el mismo sitio. Así las cosas, algunos fueron enterrados en 1920 junto a otros pretendidos despojos suyos. Éstos últimos se habían encontrado en una caja negra entre los boletines y demás escritos del archivo del Ayuntamiento, calificados por el propio Quevedo como los ·ajuares del infierno" y que habían sido exhumados en 1869 de la Iglesia de San Andrés.
La historia tiene su miga, y es que en el siglo XIX se promovió la creacion del Panteón Nacional, lugar al que se pretendía que fueran los restos de todos los grandes nombres de España. Ubicado en Madrid, el entonces alcalde de Villanueva junto a un médico se personó en la capilla -allí habían estado los restos durante tres siglos-. Cuando se identificaron unos de los restos como los de Quevedo se decidió enviarlos a la capital en una caja negra. Pero todo quedó en un proyecto, pues con el tiempo dichas cajas fueron devueltas a su lugar de origen, aunque no todas lo hicieron del modo en el que salieron. De aquí, y ante la duda, ya en 1920 los restos de Quevedo fueron a parar a la ermita del Calvario.
Entre todo ello, el escritor siempre deseó ser enterrado en el Convento de Santo Domingo, donde se puede además visitar la celda en la que pasó sus últimos días, pero su voluntad no llegó a cumplirse, pues fue inhumado en la hoy capilla de la Virgen de la Soledad. Los restos que había en esta cripta fueron trasladados casi un siglo después a la de la Iglesia de San Andrés Apóstol, que permaneció oculta hasta 1955, cuando se descubrió en unas excavaciones.
Más que ver en Villanueva de los Infantes
Interior del Convento de Santo Domingo. Turismo de Villanueva de los Infantes
Más allá de los dos hechos destacados, Villanueva de los Infantes tiene otros lugares de interés. Además, la primavera es seguramente la mejor época para dar una vuelta por sus calles. Sea como fuere, si acudes a esta localidad ubicada a unas dos horas y media de Madrid no te puedes perder su Plaza Mayor, la Alhóndiga, la Cárcel de la Inquisición, la Casa de los estudios o la de la Pirra.
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