La 44ª reunión anual del Comité del Patrimonio Mundial, celebrada en Fuzhou (China) entre los días 16 y 31 de julio ha unido a las candidatas que se postulaban ante la UNESCO para ser Patrimonio de la Humanidad tanto el año pasado como este. Algunos de ellos, por su encanto, son merecedores de apuntarse en la agenda de viajes. La UNESCO ha otorgado el galardón a un total de 16, aunque nosotros hemos hecho una elección de siete, que son nuestros favoritos.
Colonias de Benevolencia (Bélgica y Países Bajos)
Establecia en 1818, Frederiksoord fue la primera colonia de la serie que en el siglo XIX se crearon para sofocar la pobreza en Países Bajos. Las otras propiedades avaladas por la Unesco son las colonias de Wilhelminaoord y Veenhuizen, en los Países Bajos, y Wortel en Bélgica.
Frescos de Padua (Italia)
La declaración de la UNESCO incluye ocho frescos pintados por diferentes artistas entre 1302 y 1397 en Padua (Italia). Entre ellos destacan los de Giotto, en la Capilla Scrovegni.
Ciudades Balneario de Europa
A saber, las ciudades Baden bei Wien (Austria); Spa (Bélgica); Františkovy Lázně (República Checa); Karlovy Vary (Chequia); Mariánské Lázně (Chequia); Vichy (Francia); Bad Ems (Alemania); Baden-Baden (Alemania); Bad Kissingen (Alemania); Montecatini Terme (Italia); y la ciudad de Bath (Reino Unido).
Niza (Francia)
Lugar de vacaciones de muchos europeos, esta ciudad francesa se ha ganado el reconocimiento por méritos propios. En el siglo XVIII era lugar de destino de personas aristócratas y de familias de clase alta. Con el paso del tiempo fue el lugar elegido por las familias también más pudientes. Destaca en ella el Camin dei Ingles; un sendero de 2 metros que después se ampliaría para convertirse en el prestigioso paseo de Promenade des anglais, una vez que la ciudad fue cedida a los franceses.
Paisaje de Pizarra (Gales)
Al noroeste de Gales despunta este paisaje, dividido en varios lugares y que se forma a partir del procesamiento industrial de la pizarra. Se trata de una especie de "homenaje" a los cambios que las canteras y la minería de pizarra industrial provocaron en el entorno rural del país.
Petroglifos del lago Onega y el mar Blanco (Rusia)
Se trata de 4.500 petroglifos tallados durante el Neolítico y divididos en 33 sitios en dos partes a 300 km de distancia. Se encuentran en la República de Karelia (Rusia).
Las obras de Jože Plečnik (Liubliana)
Este diseño del arquitecto Jože Plečnik entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial supusieron un cambio en el diseño urbano en Liubliana. De ahí que todos sus espacios públicos -plazas, bibliotecas...- hayan sido reconocidos por la UNESCO.
