En el sur de Extremadura, más concretamente en la localidad pacense de Fuente del Arco, colindando con la provincia de Sevilla, se encuentra una de las mayores joyas ocultas de nuestro país, incluso hasta para los propios extremeños.

La Ermita de Nuestra Señora del Ara es conocida como la Capilla Sixtina de la Baja Extremadura por la gran riqueza de frescos y pinturas al temple y al óleo que se hallan en su interior, aunque no se han llevado a cabo todas las restauraciones y excavaciones necesarias para conocer su completo legado histórico, el edificio alberga restos magníficos de antiguas civilizaciones.

Cúpula de la Capilla Sixtina extremeña

El santuario fue mandado construir por el prior de la Orden de Santiago, Don García Ramírez, entre finales del siglo XIV y principios del XV, aunque sus orígenes son difusos, ya que el lugar fue citado por primera vez a mediados del siglo XIV en el libro de monterías, libro que relata con todo tipo de detalles los bosques y montes hispanos de la época de Alfonso XI.

Pinturas 

No se sabe quiénes son los autores de las antiguas pinturas, porque se realizaron en diferentes épocas, pero se cree que Francisco de Zurbarán tuvo algo que ver. El artista extremeño tenía una escuela cerca de este lugar, en Llerena, y se piensa que estudiantes de su escuela desarrollaron sus artes en el santuario en el siglo XVII.

Capilla Sixtina de Extremadura

Las pinturas narran episodios del Antiguo Testamento en toda la bóveda y del Nuevo Testamento en el camarín. Algunas de las escenas bíblicas que se pueden disfrutar en la Capilla Sixtina extremeña son desde la creación del paraíso con Adán y Eva, el pecado original, la tragedia de Caín y Abel, la Torre de Babel, el Sacrificio de Noé, la vida de Abraham hasta la historia de Isaac y Rebeca.

Capilla Sixtina de Extremadura

Las pinturas más antiguas del santuario son las que ocupan la parte del zócalo con dibujos geométricos y, a diferencia del resto de las obras, éstas sí están realizadas al fresco y son las que mejor resisten el paso del tiempo.

Descubrimientos arqueológicos estiman que siglos antes de la construcción del santuario, en la época precristiana, se colocaron en este lugar los primeros cimentos para crear un templo de culto. El entorno de este lugar pudo ser uno de los considerados “mágicos” y “sobrenaturales” por estar cercano al manantial, hoy conocidos como “la Madre del Agua” que dio lugar al nacimiento de la Rivera del Ara. Como ocurrió con muchos de estos edificios con el paso de los siglos fue cambiando de culto pasando a ser un lugar pagano por los romanos, paleocristiano y de culto musulmán.  

La ermita de Nuestra Señora del Ara es considerada Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.

Leyenda

Aparte de las valiosas pinturas del santuario, dentro de los muros, hay una obra más antigua, una antiquísima tabla gótica que se encuentra en la sacristía datada entre los siglos XIII y XIV. La tabla cuenta una de las leyendas más conocidas y veneradas por las personas de la comarca: las apariciones de la Virgen María a la princesa Erminda y a su padre el rey moro Jayón.

Capilla Sixtina

La leyenda cuenta como la Virgen María se presentó varias veces ante la princesa sobre la copa de una encina en esta zona de la Sierra Morena, hasta que un día Erminda vio brillar sobre su cabeza una aureola y le preguntó quién era. Al recibir la respuesta le pidió que le devolviera la vista a su padre, y la Virgen cedió a cambio de que se convirtieran al cristianismo. Y así fue.

Se cree que esta leyenda fue instaurada por la Orden de Santiago para promover el cristianismo entre los habitantes de la zona en aquella época.

Parte de atrás de la Ermita de Nuestra Señora del Ara

Con todas estas riquezas, e incluso hasta con su propia leyenda, la Capilla Sixtina de Extremadura no tiene nada que envidiar a su hermana mayor del Vaticano.