La fiesta de San Isidro, celebrada el 15 de mayo en Madrid, será declarada Bien de Interés Cultural por "su arraigo social, histórico y religioso", como así lo ha anunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid en funciones, Isabel Díaz Ayuso.

Por segundo año consecutivo esta fiesta no será celebrada como habitualmente los madrileños hacían, pero a diferencia del 2020 sí habrá actos, conciertos gratuitos y hasta toros, siguiendo los protocolos dictados por las autoridades sanitarias. Asimismo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha pedido prudencia y responsabilidad a todos aquellos que quieran disfrutar de la fiesta.

Los eventos se celebrarán en diferentes espacios de la capital, como Matadero Madrid, Conde Duque, el auditorio del Parque Forestal de Entrevías y Retiro. En la web oficial de San Isidro creada por el Ayuntamiento de Madrid se puede consultar toda la programación y reservar las entradas para cada uno de los actos con dos días de antelación, que, debido a la alta demanda, se hace de manera escalonada, con lista de espera de hasta 5.000 personas. Sin embargo, con paciencia se pueden reservas todavía entradas.

La pradera de San Isidro es el punto neurálgico de esta celebración, pero debido a la pandemia, se ha trasladado a Ifema de la mano de la Asociación de Feriantes de Madrid. En este recinto se podrá disfrutar desde el 13 al 16 de mayo de varias zonas verdes, DJs y hasta de food trucks con recetas tradicionales.

La gastronomía juega un papel importante en toda celebración, y aunque este año sí habrá, pero de forma particular, debemos recordar que hay restaurantes abiertos con platos imprescindibles y con mucha personalidad madrileña para degustar en estas fechas.

1. Casa Enriqueta, gallinejas y entresijos

Este restaurante se localiza muy cerca de la pradera de San Isidro, a solo 11 minutos andado, y llevan desde 1958 siendo fieles a los madrileños con sus recetas más castizas: gallinejas y entresijos son su especialidad.

La especialidad de la casa no es casualidad, ya que la tradición procede de la tatarabuela de los actuales propietarios. En 1909 se encargaba de vender en un pequeño puesto en el Puente de Toledo gallinejas, como muchas otras mujeres humildes o viudas sin recursos económicos, que recibieron el nombre de gallinejeras.

Casa Enriqueta, gallinejas.

Estas mujeres recogían en el matadero vísceras del cordero, que en un principio eran desechadas, y que debido a su sabor la demanda de estos productos comenzó a crecer.

Casa Enriqueta ha sabido mantenerse 63 años y su fama sigue creciendo. Tienen una carta variada con otros productos populares muy consumidos por San Isidro, como los zarajos, madejas, mollejas, chicharrones y callos a la madrileña. De hecho, por estas fechas, elaboran una carta especializada para los madrileños con bocadillos y otros platos ideales para llevar y tomar en la pradera, este año recordando respetar las medidas sanitarias.

Los precios son económicos y de más de 1300 comentarios en Google ha conseguido 4,3 estrellas, algo que invita aún más a degustar sus platos.

2. Los Chicos, patatas bravas

Los Chicos, Chamberí. Las mejores patatas bravas.

Las patatas bravas siempre son un must en cualquier celebración y más si es en la capital donde se encuentra uno de los bares especializados en este plato desde 1945. Los Chicos tienen dos locales, en Moncloa y Goya, ambos con mucha afluencia de personas porque su salsa brava es un espectáculo gustativo. Es considerada, por innumerables críticos gastronómicos y medios de comunicación, como las mejores de Madrid, como así lo describen los propios propietarios. Si quedas seducido con la salsa, puedes llevártela a casa por menos de cinco euros. Asimismo, tienen disponible las patatas bravas sin gluten y versionadas cada mes para seguir sorprendiendo a los clientes más vip.

La carta es amplia y puedes apostar también por otros productos como pincho moruno, oreja a la plancha o mejillón tigre.

3. Bar La Ideal, bocadillos de calamares

Al lado de la Plaza Mayor encontrarás un lugar económico, de alta calidad y con el toque castizo que estás buscando en estas fechas, el Bar La Ideal.

Bar La Ideal. Bocadillos de calamares

Sus bocadillos de calamares por tres euros son enormes y acompañado de una de sus cañas bien tiradas es difícil mejorar el plan. Con la consumición siempre te ponen una pequeña tapa y disponen de una amplia carta de raciones.

4. Melo’s, zapatillas de Lacón y croquetas

Tres jóvenes madrileños de Lavapiés han decido hacerse cargo del mítico Melo´s donde surgió el plato bautizado como zapatillas de lacón, su plato más valorado por los clientes. Los propuestas gastronómicas van a seguir teniendo su gracia particular, ya que los propietarios han traspasado también la carta y los contactos de los proveedores. La única excepción ha sido la receta de la bechamel de las croquetas, pero al cuarto intento, prácticamente, le has salido igual.

Melo´s abrió hace 40 años a cargo de José Ramón Álvarez Alonso y su mujer, y se convirtieron en un símbolo de Lavapiés con solo 8 platos. Ahora los tres amigos tienen el reto de mantener el legado que han conseguido.

5. Luman II, mejillones tigres

En la calle López de Hoyos, en el barrio de Prosperidad, se haya uno de los restaurantes más acogedores de Madrid. Son especialistas en mejillones tigres y bravas, cuyas raciones no superan los cuatro euros. Además, tienen disponible una carta más extensa con delicias que no superan los 10 euros, como queso manchego, boquerones, anchoas.

6. Casa Lucio, huevos rotos

Calidad y tradición desde 1974. Este restaurante es apreciado por toda la sociedad y no es difícil encontrarse a personajes reconocidos del panorama político y/o celebridades nacionales o extranjeras. Como anécdota, en su cuenta oficial de Instagram comparten algunos de las visitas de personajes reconocidos.

Casa Lucio. Huevos rotos

Su principal plato son los huevos rotos con patatas y jamón, un manjar que merecen su fama. Todos sus platos son sencillos pero la calidad es suprema. Los clientes señalan que es uno de los lugares que “tienes que visitar al menos una vez en la vida”.

Una meca, sin duda, para todos los amantes empedernidos de esta comida.