Actualmente cuidar el cuerpo y la alimentación es imprescindible para llevar una vida sana. También la importancia de la salud mental ha entrado a formar parte de la sociedad, sin embargo no siempre le prestamos la suficiente atención. Una buena forma de empezar a hacerlo es a través de la meditación, una práctica que no solo calma nuestra mente, sino que también tiene otros muchos beneficios

Ejercitarlo con regularidad puede ser igual de saludable que hacer ejercicio físico, ya que, entre otras cosas, reduce nuestros niveles de ansiedad y estrés. Como no es siempre sencillo, desde ElPlural.com te traemos las claves para que comiences a meditar y te contamos los efectos tan positivos que puedes experimentar. 

Los pasos

En primer lugar, es importante estar en un ambiente libre de interrupciones y en el que te puedas centrar en tu yo actual. Por eso, elegir una ropa con la que te sientas cómoda y alejar relojes y teléfonos es imprescindible para que nada pueda distraerte. También es esencial situarte en un lugar apropiado, por lo que lo mejor es estar en una sala de la casa en la que entren los mínimos ruidos externos y donde no haya mucho movimiento. 

Con este primer paso, ahora ya puedes comenzar. Para ello, extiende una esterilla o cojín de meditación en el suelo o la moqueta y siéntate. La postura que más te puede ayudar a estar confortable y la más habitual es sentada sobre tus talones o con las piernas cruzadas, y con los hombros y los brazos relajados. También puedes probar a tumbarte o apoyar la espalda en la pared. Esto te ayudará a reducir el cansancio o algunos dolores que pueden surgir por mantener la misma postura durante mucho tiempo, sobre todo en las primeras veces.

Mejores posturas para meditar

Una vez encuentras tu postura, es momento de la respiración, un paso clave. Se trata de tener una respiración consciente, es decir, tienes que prestar atención a cómo sube y baja tu pecho al coger y soltar aire. Centrarte en esto hará que tu mente se vaya calmando poco a poco y dejes de lado los pensamientos rápidos del día a día. No consiste en dejar la mente en blanco, sino en analizar las emociones que vas sintiendo.

Puedes optar por poner una música de relajación de fondo y a bajo volumen o incluso un dosificador de olor a baja intensidad para entrar en una atmósfera de calma. En cuanto a cuándo es adecuado meditar, los mejores momentos son las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, ya que podrás empezar el día o acabarlo con una sensación de paz y tranquilidad, lejos del estrés.

Eso sí, los resultados no son inmediatos. La meditación hay que practicarla con constancia y hacer que pase a formar parte de tu rutina diaria, como salir a andar o hacer ejercicio. Por eso, conviene empezar poco a poco e ir aumentando el tiempo que le dedicamos día a día, ya que esto es importante para experimentar una sensación de bienestar y plenitud.

Los beneficios

Cada vez más personas se han sumado a esta práctica ancestral. Y es que, más allá de hacernos más conscientes de nosotros mismos, una de sus consecuencias es que baja la presión arterial y los niveles de estrés, lo que disminuye el riesgo de padecer depresión y enfermedades cardiovasculares. También se ha demostrado que rebaja la intensidad de los dolores y las inflamaciones, y refuerza el sistema inmunológico

Entre otros beneficios, también ayuda a mejorar la memoria y a aumentar nuestra capacidad de atención y concentración. Según algunos estudios, meditar regularmente hace que el cerebro cambie su funcionamiento produciendo más ondas alfa, lo que permite una mayor conectividad y mejora, por tanto, cualquier función cognitiva.

La meditación actúa también sobre las emociones consiguiendo una buena regulación de las mismas. Eso hace que las personas se encuentren más satisfechas consigo mismas y en sus relaciones sociales, por lo que mejora la felicidad. Además, tiene un efecto directo en la amígdala, lo que aminora los miedos y funciona como un ansiolítico y antidepresivo.