Cada paso adelante, impulsado desde La Moncloa y aprobado en el Congreso de los Diputados, ha sido rechazado por los populares en su estrategia de “marcha atrás”, aunque a veces lo compartieran para, poco después ponerlo a caldo a través de su amplia red de voceros periodísticos. Muy poco o nada les han agradado a los conservadores las iniciativas progresistas desarrolladas por el Gobierno socialista.

¿Enfermedad maligna y contagiosa?
Todo o casi todo ha sido desdeñado como si fuera una enfermedad maligna y contagiosa. Ni las bodas homosexuales, ni la asignatura Educación para la Ciudadanía, ni la ley de la Memoria Histórica, ni la ley de Dependencia, ni la de Igualdad, ni las antitabaco, ni la ley contra la violencia de género, ni la de interrupción voluntaria del embarazo fueron acogidas favorablemente por el PP. Y ahora, en su slogan de campaña han hablado de “cambio”. Insistamos. No buscan el cambio que los lleve hacia delante o hacia el futuro, sino lamentablemente “hacia atrás”.

Menos mal que Zapatero no le hizo caso
En su libro reciente, titulado En confianza, Rajoy hace referencia a la “negociación con ETA”. Subraya que fue “un descomunal error”. Y añade: “Yo hice todo cuanto estuvo en mis manos para hacerle ver al presidente del Gobierno que se estaba equivocando y que estaba siendo engañado”. Menos mal que José Luis Rodríguez Zapatero no hizo caso de las maniobras de Rajoy para hundir la política antiterrorista del ministro del Interior, Pérez Rubalcaba.

No fue un “monumental error”
Años más tarde ha podido felizmente saberse que aquello no fue ni mucho menos un “monumental error”, sino todo lo contrario. ETA ha dicho ya su adiós a las armas. Hasta Rajoy lo tuvo que reconocer, mientras algunos de los dirigentes del PP acusaban a Rubalcaba de haberse entregado a los terroristas.

Más que unas elecciones
Las elecciones de hoy, domingo, 20 de noviembre, son bastante más que unas elecciones. En efecto, nos jugamos que los avances del Gobierno Zapatero acaben siendo laminados por la plana mayor del PP, con el beneplácito naturalmente de Rajoy, que ya ha lanzado varios avisos a navegantes. Es decir, que la derecha española pretende darle cuanto antes la vuelta al calcetín y frenar así, en seco, las libertades civiles y las conquistas sociales que defendemos los progresistas.

Poder omnímodo
También está en juego, como hemos señalado reiteradamente, el Estado del Bienestar y la protección a los ciudadanos y ciudadanas más frágiles, más débiles. El poder omnímodo, absoluto, que pueden acumular los dirigentes populares, marca un hito histórico estremecedor. Si vence en las urnas Rajoy, y vence además por goleada, este país volverá a situaciones de grave desigualdad económica. Todo esto es lo que está en juego. Únicamente podremos evitar lo que se nos viene encima votando. Los votos, pues, amigos y amigas de ELPLURAL.COM, debieran detener la “marcha atrás”.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM